Varios autobuses de TUA en una de las paradas de la calle Uría.

Ayuntamiento y CTA negocian para que los viajes caduquen a los tres meses

El equipo de gobierno iniciará la próxima semana las reuniones para revisar el vigente plan de Movilidad y la red de TUA

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Jueves, 7 de enero 2016, 00:22

El Ayuntamiento y el Consorcio de Transportes de Asturias siguen buscando fórmulas para mejorar su precaria relación después de que Oviedo fuese, a finales de 2014, el último municipio asturiano en sumarse al billete combinado regional. Su implantación junto con el resto de títulos del ente, obligó a los usuarios ovetenses a pelearse con una nueva y desconocida hasta ahora limitación: los viajes que se cargan en la tarjeta del CTA caducan al mes si no se usan o se vuelven a comprar más viajes. Es, desde entonces, una de las quejas más frecuentes de los usuarios de la red de transporte público municipal, donde el número de viajeros ocasionales es muy elevado. Tanto, como para que se duplique los días de lluvia.

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La solución no es sencilla, pero el Ayuntamiento y el consorcio negocian para tratar de, al menos, extender el plazo de caducidad de los viajes hasta los tres meses. Otras opciones, como volver a implantar bonobuses municipales propios, parecen descartadas. Obligarían, como mínimo, a crear una tarjeta compatible con el sistema de validación de viajes del CTA con tarifas distintas y subvencionadas para moverse solo dentro de la red municipal. Sería muy difícil de digerir para el ente regional, cuyos billetes han sustituido a todos los municipales de Asturias.

Dinero

El nuevo equipo de gobierno ha prorrogado, en las mismas condiciones firmadas por el anterior, el acuerdo con el Consorcio de Transportes de Asturias con la idea de negociar las condiciones definitivas para integrarse en el sistema a lo largo de este año. Entre ellas, la extensión de la caducidad de los viajes hasta los tres meses, pero no solo. La primera condición es fijar un mecanismo de compensación económica para el Ayuntamiento. Oviedo es el único municipio de Asturias que 'importa' viajeros -alrededor de un millón al año, según los cálculos municipales- desde otros concejos. Usuarios que, con el billete del CTA en la mano, se bajan del autobús interurbano o del tren y se suben sin pagar a los coches del servicio municipal que gestiona TUA.

Los técnicos municipales estimaban que la integración en el consorcio suponía un incremento de los costes para el Ayuntamiento de 1,8 millones de euros, una cifra de la que discrepa el organismo regional, que, sin embargo, no ha hecho públicos sus números.

Las ventajas del billete combinado están claras para los ovetenses que se desplazan a otros municipios, pero también para los viajeros que llegan a la ciudad y usan el transporte que «se verían subvencionados por las arcas municipales». Aunque el Consorcio asume 80 céntimos de euros del coste del billete, el Ayuntamiento aún paga los 60, restantes, frente a ingresos que varían entre los 1,2 euros del billete sencillo y los 90 céntimos por trayecto del Bono 10 CTA.

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Pocos transbordos

El problema es que la integración, aún en pruebas, tampoco ha tenido ventajas evidentes para los usuarios ovetenses del transporte público. Hoy hacen uso de dos líneas para llegar a su destino un 6,7% de los viajeros, «el mismo porcentaje que antes del nuevo plan de Movilidad» y que antes de que, con la ampliación de los títulos de viaje del consorcio, el cambio de autobús fuese una posibilidad. Apenas 6.700 usuarios del millón, escaso y menguante, de viajeros mensuales hacen transbordo. Menguante, porque el autobús en Oviedo sigue perdiendo viajeros, pese a la incipiente y temblona recuperación económica. Tiene 4 millones de usuarios menos que en 2008, ha caído de 16 a poco menos de 12, con un descenso de medio millón solo en 2014, último año con datos cerrados. La tendencia se mantiene este ejercicio.

Los dos grandes cambios en el transporte -la aprobación, en agosto del año pasado, del plan de Movilidad y la entrada en el CTA- no han logrado aumentar el número de usuarios y, eso, es un problema. Con el nuevo contrato, previo rescate anticipado de la concesión bajo mandato de Gabino de Lorenzo, el Ayuntamiento paga por kilómetros recorridos y horas de servicio a la empresa. También multiplicó por seis los costes anuales del servicio. Según los últimos datos publicados por el Ayuntamiento en 2012, el kilómetro recorrido por cada autobús cuesta a las arcas municipales 1,349 euros y la hora de servicio 14,7 euros, independientemente de que haya viajeros o no.

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Solo con la aplicación de las nuevas tarifas del CTA -más caras- se ha compensado en parte la reducción del número de usuarios y el crecimiento de la red -un 10%- con el nuevo plan de Movilidad.

El equipo de gobierno quiere hacer un nuevo intento. La próxima semana pondrá en marcha la revisión del plan en una serie de reuniones con vecinos, técnicos, la empresa e, incluso, municipios limítrofes para estudiar mejoras en la red y la posibilidad de crear nuevas tarifas reducidas -niños o desempleados- que aumenten el número de viajeros y mejoren el servicio.

Conel actual contrato, solo son cubren costes o están cerca de hacerlo las líneas C, H y la E. Las tres tienen en común que son recorridos que unen puntos con gran demandas -las facultades, centros comerciales, el HUCA o Lugones- y eminentemente urbanas. «Es un contrato pensado para líneas cortas y con gran número de viajeros», explica un técnico. Justo lo contrario de las demandas que se acumulan en el Ayuntamiento, en su mayoría provenientes de la zona rural.

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