Taboada considera que la ley que prohíbe música en directo en los bares está «obsoleta»

La vicealcaldesa de Oviedo, Ana Taboada, ha mantenido esta mañana una reunión con las asociaciones y colectivos implicados en la actividad cultural de la ciudad y de otras localidades de Asturias. "La falta de desarrollo de la ley vigente (2002), especialmente en su apartado referido al catálogo de espacios, evidencia su carácter obsoleto y discordancia con una realidad social distinta a la actual", ha señalado Taboada.

La Asociación Caja de Músicos de Gijón y la Asociación de Músicos de Oviedo, junto a Pablo Moro, Nacho Vegas o Toli Morilla han convenido junto a la representación municipal en lo adecuado de contar con todas las partes afectadas para una óptima convivencia en Oviedo. Además, Taboada ha insistido en el compromiso por la cultura en Oviedo y su presencia imprescindible. "Somos sabedores del papel de la música en vivo como valor fundamental para la cultura y la dinamización de la ciudad así como la necesidad de que las asociaciones de vecinos participen en los encuentros para conocer su opinión y valorar sus posiciones".

Este encuentro se produce después de la polémica surgida la semana pasada cuando la sección de Licencias envió una notificación al Ca Beleño recordando la prohibición de organizar música en directo en el local de la calle Martínez Vigil y la multa de hasta 6.000 euros en caso de incumplirla. Otra cosa son las diferentes interpretaciones que se han realizado de lo ocurrido. Los propietarios y músicos se movilizaron rápidamente para reclamar la presencia de la música en directo en los bares de la ciudad, algo que vieron en peligro; el Ayuntamiento insistió en que lo ocurrido era solo una advertencia, no una sanción, por una denuncia de hace un par de meses y manifestó su intención de seguir apostando por la música y la cultura; y la Asociación de Vecinos del Oviedo Antiguo elogió el acto del Consistorio que «solo ha realizado el cumplimiento estricto de las Leyes y Normas en Vigor».

El colectivo vecinal recrimina que en Oviedo «hace un cuarto de siglo que un importante número de personas viene siendo torturado sistemáticamente por la avaricia de un gremio, del que la Corporación venía siendo cómplice al permitir que, locales que no fueron diseñados, ejecutados y ubicados para ese fin, se destinasen a albergar actuaciones musicales, violando todo tipo de normas».