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Una concentración exigiendo que no se dejara de impartir catequesis en Santa Maria de la O.
El párroco de La Tenderina, nuevo responsable de la iglesia de Limanes

El párroco de La Tenderina, nuevo responsable de la iglesia de Limanes

Luis Ricardo Fernández se encargará de la catequesis, cuyos cursos el párroco quería suprimir y concentrar en Colloto

María Lastra

Martes, 28 de octubre 2014, 00:16

La decisión del párroco de Limanes, José Manuel Pidal, de suprimir los cursos de catequesis y trasladar a los niños a la sede de la unidad parroquial, en Colloto, puso en pie de guerra a los padres, que pidieron la intervención del Arzobispado. Los feligreses se concentraron en diferentes ocasiones y llegaron a reunir más de 500 firmas en las que solicitaban la dimisión del párroco. La última noticia sobre este asunto llegó el pasado fin de semana, cuando un nuevo sacerdote llegó para presidir la eucaristía en la iglesia de Santa María de la O.

Según aseguran los feligreses, la misa de las 18 horas del sábado fue oficiada por Luis Ricardo Fernández, vicario de la parroquia de San Francisco Javier de La Tenderina, quien explicó durante la celebración que él mismo pasaría a ser el nuevo responsable de la parroquia de Limanes, encargándose entre otros asuntos también de la catequesis.

Cumplir órdenes

Ni Pidal ni Fernández quisieron ayer hacer declaraciones sobre este asunto. Si bien, el primero se limitó a decir que «lo que manda el obispo es lo que hago». Ninguno entró en una problemática que viene de largo. Los padres de los niños denunciaron que la decisión que había tomado el sacerdote de Limanes era en realidad «una represalia» por una disputa sobre el cementerio parroquial surgida hace tres años.

En 2011 una vecina de la parroquia recogió firmas para que se investigase la procedencia de unos huesos que aparecieron en el camposanto tras una limpieza del mismo. La familia denunció al párroco porque, decían, los nichos estaban afectados. El asunto terminó en los tribunales y la causa archivada, pero ya entonces se recogieron las primeras firmas solicitando para la dimisión del párroco.

Los feligreses, siempre según su versión, aseguran que las represalias comenzaron el curso pasado cuando José Manuel Pidal habría intentado vetar a una niña en la catequesis hasta que su madre, una de las firmantes que solicitaba el traslado del párroco, no se retractase por escrito. Cuentan que la progenitora accedió a hacerlo para que su hija no fuera discriminada, pero los catequistas tuvieron que mediar para que la niña fuera aceptada.

Este curso Pidal anunció que la catequesis se trasladaría a Colloto, y los padres volvieron a concentrarse y recoger firmas. La llegada del sacerdote Luis Ricardo Fernández es la solución al problema.

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