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Volvemos al mono

Financiamos al enemigo mientras regalamos armas al amigo. Ese es el engranaje diabólico

Lunes, 23 de mayo 2022, 01:24

En días como estos, me encantaría ser banal, ligero y lírico. Escribir sobre las manzanas futuras, que hoy amanecen flores, en vez de volver sobre el pecado de morderlas burlando las prohibiciones. Glosar la sidra nueva y no las lágrimas que se tragan las madres ... de los soldados caídos. El uróboro, esa serpiente mítica que se muerde la cola, representa el ciclo natural de las cosas, el esfuerzo inútil de un ser que se lastima a sí mismo, alimentándose de su propio cuerpo. Es la contradicción lo que hace posible la vida. El encuentro a veces violento de los polos opuestos. Ese eterno retorno, que permite que nos traguemos nuestras palabras o las midamos con el celo de un viejo sastre. Financiamos al enemigo mientras regalamos armas al amigo. Ese es el engranaje diabólico, como la 'dama de hierro', que en tiempos de la inquisición martirizaba a los herejes con un abrazo de cuchillos. El amor combate al miedo y el miedo ahuyenta al amor, en una cadena sin fin que replica seres empoderados pero solitarios, que duermen abrazados a sus almohadas mientras sus sueños se escapan por las rendijas.

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