La virtud hecha persona

Praviano y orgulloso de serlo, Balbín pasó su adolescencia en Pravia, iniciando sus estudios en el Colegio San Luis, una referencia académica que siempre destacaba con orgullo, además de recordar que su pasión por el cine también había nacido en nuestra villa al acudir habitualmente con su tío al cine que gestionaba.

Su nombramiento como Hijo Predilecto del municipio se produjo en enero del año 2015, en un sencillo acto propio de una persona que anteponía el interés común al suyo propio y que hacía de la sencillez virtud. Ese día tuve la satisfacción y el honor de conocer a José Luis, teniendo la sensación inmediata de ser una persona que con su sola presencia llenaba la sala. Las miradas atentas y expectantes de todas las personas que llenaban el Salón de Plenos cuando Balbín tomó la palabra daban muestra del interés que el conjunto de la sociedad tenía por todo lo que expresaba y por todo lo que representa su figura. Balbín tenía la capacidad de llenar una sala con únicamente su presencia y su palabra, virtud poseída por muy pocas personas de nuestro tiempo.

Hoy nos toca con gran tristeza despedir su presencia física, hecho que, aunque sea ley de vida, no deja de hacernos sentir un enorme pesar y consternación. Antes de la pandemia tuve la suerte de pasar una jornada en su casa de verano en el vecino municipio de Cudillero. Se despidió con una sonrisa y con algún proyecto en mente. Balbín siempre tenía algún proyecto que siempre era capaz de llevar a buen término debido a su enorme capacidad de trabajo y a un tesón propio de quien cree firmemente en lo que hace. Nos toca despedir su presencia, ya que su legado será eterno y su figura, imborrable. Los argumentos que provocaron su nombramiento como Hijo Predilecto permanecerán intactos con el paso del tiempo, dando cuenta de las virtudes de este ilustre praviano que hizo del periodismo su forma de vida y de la comunicación, una obra de arte.