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Como viento huracanado

CARTA DEL ARZOBISPO ·

Domingo, 23 de mayo 2021, 01:45

Parecía un viento huracanado con el que no contaba ninguno de ellos y se les coló por todas las rendijas del miedo que les encerraba a cal y canto. No terminaban de asimilar la ausencia del Maestro. Aquellos discípulos vieron marchar a Jesús, y quedaron ... así descompuestos y sin el amigo. Trataban de recordar tantas palabras que escucharon al vivo, y no olvidar un sinfín de gestos con los que el Señor había salido al paso de heridas, hambres, abusos, muertes y desencuentros. Pero aquellas palabras ya no salían de los labios de Cristo, sino de la mala memoria de sus vulnerables recuerdos. Y aquellos gestos no eran ya tampoco los que podían ver como un milagro en directo. Por eso, cuando Jesús se despidió de ellos, quedaron de esa manera huérfana, con sus nostalgias a la intemperie y la incertidumbre en los adentros. Así se entiende que estuvieran con las puertas y ventanas cerradas, acorralados por su miedo.

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