Borrar

La paradoja de Frankenstein

Cada día, cuando exhibimos y vendemos lo que no somos, creamos un falso yo. Una suerte de monstruo que busca éxito y que hace y dice lo que se supone que debe decir y hacer para conseguirlo

Viernes, 26 de abril 2024, 02:00

En la historia clásica escrita por Mary Shelley, el científico Víctor Frankenstein, obsesionado por trascender y superar los imaginados límites de la ciencia y la naturaleza, crea un ser que, lejos de convertirse en esa invención que le iba a acercar a la gloria, acaba ... transformándose en una fuente perpetua de terror y desesperación. Crea un monstruo. Un monstruo, por cierto, que no tiene nombre. Hoy, 206 años después –qué curiosa paradoja–, todos nosotros tenemos nuestro propio monstruo y, de hecho, somos el monstruo. Y todos, además, somos el doctor Frankenstein. Doctores de nosotros mismos. Creadores de nuestro propio yo monstruoso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio La paradoja de Frankenstein