¿De verdad me estás diciendo que esto es progresismo?

El Gobierno sanchista se autoproclama progresista, en contraposición a la etiqueta de 'conservador', que representa lo primitivo, lo reaccionario,las fuerzas tenebrosas que se oponen al desarrollo y al futuro

Domingo, 29 de enero 2023, 22:02

De entre todos los juegos de ilusionismo que ejecuta el gobierno sanchista, hay uno especialmente epatante: el de autoproclamarse progresista. Tal trola se repite una y otra vez, contraponiéndola a la etiqueta de 'conservador', en una eficaz manipulación del lenguaje que da por hecho que ... dicha etiqueta representa lo primitivo, lo reaccionario, las fuerzas tenebrosas que se oponen al desarrollo y al futuro. Y se habla de ese futuro como los antiguos textos chinos hablaban del 'Dao', algo casi místico y trascendente, el buen funcionamiento de la belleza y de los ciclos de la naturaleza y cómo conducirse en la vida terrena. Bien: solo hace falta mirar las cosas con un poco de atención para empezar a descojonarse de este mundo dizque socialista.

Publicidad

Para empezar, tenemos la extremosidad reglamentista, esa obsesión de la izquierda más escorada por colonizar todos los aspectos de la vida humana, el 'hombre nuevo', que se decía en el siglo pasado, la unión hipostática del pueblo con el Estado. Después tenemos el anti-intelectualismo, tan 'woke', que desprecia la memoria y el conocimiento, en la búsqueda de una homogeneización del pueblo. Se tapan los defectos estructurales de transmisión de ese conocimiento con ideas que suenan modernas, pero cuyo objetivo es poner el lanzallamas sobre cualquier tipo de autoridad (que no sea la del Gobierno), el abaratamiento de la enseñanza, el butroneo de las mentes mediante el lenguaje inclusivo, el señalamiento de los herejes machistas, transfóbicos, fachas. En toda esta empanada mental, la ortografía misma sería entonces algo bochornoso, un anacronismo del mundo heteropatriarcal y tal. ¿En serio me estás diciendo que todo esto es progresista?

El Gobierno sanchista se jacta de sostenerse sobre estos príncipes de la paz: el señor Echenique, lector acérrimo de Ernesto Laclau (les recomiendo que lean 'La razón populista', es muy iluminador). El señor Otegui, que está envejeciendo estupendamente, pero ya decía Drácula que la sangre es la vida. El señor Pablo Iglesias, tan ansioso por librarse de instituciones internacionales que puedan coartar su proyecto colectivista. El señor Junqueras, aledaño al nacionalismo más ultramontano. La inllevable (señora) Irene Montero, muy fan de la Reina de Corazones, ya saben, 'primero la sentencia, luego el juicio'. La señora Ángela 'pim pam pum' Rodríguez, y sin comentarios. O sea, ¿de verdad me estás diciendo que todo esto es progresista?

También nos barruntamos que hay todo un plan para discutir el mismo concepto de España, con el despotenciamiento de la Transición que trajo a esa misma España la democracia liberal. ¿El fin? Quién sabe qué proyecto cantonal tienen en la cabeza. Y los mismos paseítos de Sánchez cargándose el protocolo en los actos con el Rey no son más que la manifestación más folclórica del 'contubernio'. Por supuesto, no hay que olvidar a los golfos de los ERE, cuya prédica venía a defender que si era la izquierda la que saqueaba las arcas, eso era 'güeno pal pueblo'. Como no hay que dejarse en el tintero a otros delincuentes, los sexuales, los golpistas, que han reducido penas a espuertas gracias a todas las leyes mostrencas impulsadas unas por analfabetos legales y otras, por yonkis del poder. Jo, colega, ¿y me estás diciendo que todo esto es progresista?

Publicidad

Más absurdos: en los ayuntamientos se costean cursos inspirados por el ministerio de Igualdad, donde se asevera que 'ser hombre es una ficción', y que 'hay que abolir la masculinidad', que sean menos 'marichulos' y más 'blandengues'. Donde se afirma que los tíos somos 'más propensos al acoso, la homofobia, el abuso y las drogas'. Se incluye el análisis crítico de películas como 'Grease', o los clásicos de Disney. A ver, de verdad, esto no es serio. Más manipulación: el Gobierno utiliza lo que se llama la 'Ventana de Overton', una teoría que moldea la opinión pública, trabajando dicha opinión para resituarla de tal manera que lo que hoy es indefendible se vuelva tolerable. Para ello se utilizan medios afines, a fin de crear estados de opinión que van desde lo radical a lo pasable, de lo aceptable a lo sensato, de lo sensato a lo popular, y de lo popular a lo políticamente asumible. ¿No les suena de algo? ¿No les suena de los indultos, del blanqueo de asesinos, de la excarcelación de etarras, de las rebajas de los delitos? Y seguro que les sonará cuando llegue el referéndum en los Països Catalans. O sea, ¿de verdad me estás diciendo que todo esto es progresismo?

Y, por supuesto, la lectura única y obligatoria de la Historia, que no me olvido. Si disientes de que el Frente Popular no fuera un jardín de libertad y amor fraterno, igual te meten en el trullo. La Historia de España como mixtificación, como doctrina, relatos pueriles que marginan a las víctimas de las matanzas de ETA e intentan derribar los pactos de la Transición. Antes del siglo XIX, parece ser que no hubo nada, y que la brocha gorda iniciada por 'Zetapé' y su 'I have a dream', a lo Luther King, requiere liquidar a los padres fundadores, enterrar la reconciliación nacional y buscar la victoria retroactiva de la II República, porque su abuelo se le había aparecido en ese sueño y exigía venganza. Su estrategia fue tumbada por la crisis del sistema financiero, pero ahí está Sánchez, para retomar la antorcha revisionista y terminar de desmantelar España, vía mutación de facto del orden jurídico, con la ayuda del nacionalismo. En fin, tío, ¿estás seguro de que todo esto es progresismo?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad