Si hay algo en lo que coinciden las economías de todos los países del mundo, excepto Suiza y Japón, es que están afectadas por una inflación planetaria galopante, que pone en peligro el crecimiento económico mundial. Las causas por las que se ha llegado a ... esa situación son varias, pero fundamentalmente el problema proviene de que los bancos centrales han seguido políticas monetarias expansivas desde el estallido de las hipotecas subprime en el año 2007 y eso, en algún momento, tenía que acabar originando un proceso inflacionario. Lo de Ucrania ha sido solo la gota que llenó el vaso.

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Y esta semana la FED norteamericana, presidida por Jerome Powell, ha decidido mover ficha agresivamente, subiendo los tipos de interés 50 puntos básicos, es decir, un 0,5%, de una sola tacada, algo que no había hecho desde hace 22 años. Los mercados financieros pronostican otros cinco aumentos de tipos en el presente año y tres más para el siguiente, para situar los tipos en torno al 3,5%. Hay que tener en cuenta que la inflación actual en Estados Unidos es del 8,5%, cuando el objetivo que la FED se marca es mantenerla en torno al 2%, y que por primera vez desde el inicio de la pandemia han tenido una contracción en su PIB en el último trimestre, lo cual hace más difícil saber cuál es el camino correcto a tomar. Pero a Powell no le ha temblado el pulso y ha dado el paso de subir un 0,5% los tipos, y las bolsas norteamericanas han reaccionado positivamente con subidas del Nasdaq del 3,19%, el S&P 500 del 2,99% y el Dow Jones del 2,81%. La otra política que pondrá en marcha la FED será reducir o eliminar sus compras de deuda pública, con lo cual cabe esperar claras subidas en los tipos de interés de dichos títulos en un futuro próximo.

El pionero en las subidas de tipos para atajar el problema inflacionario fue el Bco. de Noruega, que ya movió ficha en Septiembre del año pasado, seguido por el Bco. de Inglaterra, que hizo lo mismo a finales de año. Y, recientemente, el Bco. de Suecia también subió un 0,25% los tipos de interés. Realmente, los tipos deberían estar muchísimo más altos, ya que no es normal ni deseable que la inflación sea mayor que los tipos de interés, ya que el ahorrador recibe un interés real negativo, pero vivimos momentos absolutamente excepcionales y los bancos centrales esperan que con subidas paulatinas la inflación se reconduzca, aunque como dijo Milton Friedman, el que fuera Premio Nobel de Economía del año 1976, líder de la monetarista Escuela de Chicago, «la inflación es como la pasta de dientes: una vez que sale del tubo es casi imposible volver a meterla dentro».

Echando un vistazo a nivel mundial desde el inicio del año, en el continente americano Canadá ha subido 75 puntos básicos, o sea un 0,75%, los tipos de interés; México, 100, Perú, 200 y Argentina, 900, es decir un 9%. En las antípodas, Australia acumula subidas de 25 puntos y Nueva Zelanda de 75. En Asia, Pakistán 250, India, 40 y Arabia Saudí, 25. En África destacan Egipto, con 100 puntos básicos de subida de tipos y Sudáfrica, con 50, mientras que en Europa destacan Hungría, con subidas de 300 puntos, Polonia, 275, Islandia, 175, Rumanía y Rep. Checa, 125. El caso de Rusia es especial, ya que han subido 550 puntos intentando frenar las salidas de capitales al exterior. Resulta llamativa la situación de Turquía, un país con graves desajustes que tiene una inflación del 61%, y en cambio los tipos de interés están en el 14%. En cuanto al BCE, se mantiene observando el panorama, dubitativo y pasivo como fiel reflejo del área económica a la que representa, que es una Europa acomplejada, decadente y envejecida. Una Europa que ha olvidado que para repartir riqueza primero hay que generarla.

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Las excepciones a este proceso inflacionario mundial son Suiza y Japón. El país helvético siempre es algo especial y destaca por la extraordinaria solvencia y fortaleza de su economía y de su divisa, manteniendo la inflación por debajo del 2%. Y en cuanto a Japón, lleva más de tres décadas sumido en una especie de encefalograma plano en el cual no tienen inflación ni inundando el mercado de dinero, dándose la circunstancia curiosa de que llegaron a imprimir billetes con fecha de caducidad para fomentar el consumo sin que eso fuese suficiente para reactivar su economía.

Ahora los bancos centrales se encuentran ante un auténtico dilema, porque si suben los tipos generarán crisis económica y si no los suben la propia inflación desbocada conducirá a una rápida crisis por reducción del consumo. Todos los caminos llevan a Roma o mejor dicho a China. De momento, Powell ha decidido coger por los cuernos a un toro llamado 'inflación', que amenaza con empitonar a las economías occidentales.

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