Se han encendido todas las alarmas en la economía española porque están dándose simultáneamente varios factores negativos y muy importantes, como son la llegada de la inflación, el aumento del paro, la caída del PIB y el despegue de otras economías como la norteamericana. Vayamos ... por partes.

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Por un lado, la inflación subió en España el 1% en el mes de marzo y en el interanual ya se sitúa en el 1,3%. Lo sorprendente es que esto no hubiese ocurrido antes teniendo en cuenta que el BCE ha tenido que comprar masivamente deuda pública de muchos países para sostener artificialmente los tipos de interés de esa deuda al 0% para evitar un shock en la deuda pública de países muy endeudados y con finanzas muy poco creíbles como España. El programa APP (Asset Purchase Programme) fue puesto en marcha por el BCE para disminuir el coste financiero de la deuda pública de países como España, Italia o Portugal y desde su implantación en el año 2015 acumula un total de más de 3 billones de euros de compras de deuda pública y mediante el programa PEPP (Pandemic Emergency Purchase Programme), que fue ideado como balón de oxígeno durante la pandemia, se inyectó otro billón de euros más. En total estamos hablando de que desde el año 2.015, el BCE inyectó dinero para compra de deuda pública por un importe que es más del triple del volumen de la gigantesca deuda pública que tiene España que roza 1,2 billones de euros. Con semejante cantidad de dinero circulando, incluso en una economía comatosa como la española, la inflación tenía que llegar.

Lo preocupante es que en Europa y, en especial en España, nos ha pillado con el pie cambiado porque aquí el PIB está cayendo un trimestre tras otro. Al otro lado del Atlántico la FED en Estados Unidos, presidida por Janet Yellen, esposa del que fuera Premio Nobel de Economía del 2.001 George Akerlof, está frenando las compras de deuda porque allí ya no hacen falta ese tipo de estímulos. Si el BCE sigue con su política de compra de deuda pública, el euro sufrirá y la economía europea se debilitará y quedará enganchada a esa especie de metadona de tipos de interés cero y no despegará. Y si el BCE corta esas inyecciones de dinero, la rentabilidad del bono a diez años de países latinos como España se va a disparar y eso aumentaría los costes financieros de la deuda que el estado tiene que asumir y podría provocar un derrumbe de la bolsa española puesto que la renta fija ya sería una alternativa para invertir. Países como Alemania, que han tenido una gran disciplina presupuestaria a lo largo de la última década, pueden afrontar esta situación mucho mejor que los que estamos inmersos en una gigantesca deuda pública.

Respecto al dato del empleo, lo preocupante ya no son los casi 4 millones de parados que hay, a los que hay que sumar el millón que está en ERTE, sino la cantidad de empleos que penden de un finísimo hilo. Por eso, leer que la solución es aumentar el SMI produce perplejidad a cualquiera que tenga un mínimo de raciocinio. El mercado de trabajo es un mercado como otro cualquiera, y cuando se interviene en el mismo y se fijan artificialmente límites o precios, se producen desajustes. Si fuese cierta la pueril teoría de que aumentando el SMI no aumenta el paro, entonces lo ideal sería incrementar el SMI mucho más, por ejemplo a 3.000 euros/mes…Total, ya puestos. Imaginemos que usted tiene un piso en un barrio periférico de la ciudad, el cual tiene un precio de mercado de 60.000 euros. Si mañana, un iluminado publica una ley que diga que no se pueden vender pisos por un precio menor de 100.000 €, ¿Pasaría a valer su piso 100.000€? Evidentemente, no. Lo que ocurriría es que no podría venderlo porque no encontraría compradores para ese precio. Y eso es lo que sucederá en el mercado de trabajo cuando vuelva a subir el SMI.

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Todos los motivos mencionados (paro, inflación, ciclo económico retrasado en Europa respecto a Estados Unidos), indican que estamos metiéndonos en una especie de tormenta perfecta de la cual no va a ser fácil salir y de la que no saldremos ilesos. Pero, la debilidad de Europa y de España, se pone de manifiesto en otro tema crucial, como es el de las vacunas del covid y las medidas de protección contra el virus, contradictorias, cambiantes y absurdas que se imponen a los ciudadanos. Estamos asistiendo a un espectáculo lamentable. Europa no es nada, es un torpe mastodonte burocratizado incapaz de reaccionar, incapaz de adoptar políticas comunes, de transmitir confianza y que rezuma incoherencia por todos los poros de su arrugada piel. Por eso, lo vamos a pasar muy mal, en especial países como España que viven enganchados a la burocracia, a la inoperante descentralización y a la metadona de los tipos de interés cero.

La economía es como un flujo circular enormemente complejo y cuando algo se atasca, sufre el circuito entero. El ejemplo más cercano es el problema que ha habido con el buque «Ever Given» en el Canal de Suez. Resulta curioso que el desatasco de la situación dependiese de la labor de un operario que, con menor o mayor habilidad, trataba de remolcar al barco desatascándolo, pero que los efectos del atasco se hayan hecho sentir en el mundo entero, en una especie de efecto en cadena. Estamos ante un ejemplo de libro del llamado «Aleteo de la Mariposa», donde un fenómeno imprevisto provoca grandes cambios en la otra esquina del mundo. España tiene varios «Ever Given» encallados en su economía y no hay el menor atisbo de que eso vaya a cambiar.

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La llegada de la inflación podría ser el detonante que agrave enormemente la situación de la economía española. Pero, ya dice un proverbio chino que «La última gota hace que se derrame el agua… sólo si el vaso ya estaba lleno».

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