Borrar

El puritanismo moderno ha sabido adoptar muchos disfraces, incluido el del progresismo. Por motivos morales o ideológicos -en el caso de que ambos no sean casi lo mismo-, tendemos a darnos el gusto de censurar sin matices, en parte por la falta de conocimiento de ... esos matices, de modo que solemos disparar a bulto. En medio del revuelo mediático formado en torno a Djokovic gracias al propio Djokovic, la directora de un periódico digital se indignó con un tertuliano televisivo que elogió los méritos tenísticos del jugador serbio: «¡No se puede ensalzar a ese individuo!», exclamó, de lo que cabría deducir que la militancia de Djokovic en el pintoresco y variopinto bando de los antivacunas convierte al actual número 1 del mundo en un deportista que sólo merece la condena y el ninguneo por parte de la sociedad civilizada y vacunada.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El tenista