Una de las labores más gratificantes de la tarea docente es la posibilidad de dirigir trabajos cuando los alumnos están a punto de terminar sus estudios. No siempre los resultados son óptimos, pero en ocasiones, la satisfacción es muy alta, no solo por el resultado ... del trabajo sino por la conexión con el estudiante en cuestión, que hace la tarea más grata. El trabajo fin de grado de Paula González Pérez, que tuve el honor de dirigir, es uno de esos ejemplos. Su excelente labor puso de manifiesto la vinculación entre la creación de empleo y la cotización bursátil. Decía Ralph Waldo Emerson que consideraba dichoso a aquel que, cuando se habla de éxitos, busca la respuesta en el trabajo. En efecto, el de Paula ha sido un gran trabajo fin de grado, que fue merecedor del mayor de los éxitos.

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Existe un consenso mundial sobre el efecto positivo que tiene la salida a bolsa de las empresas en la economía de un país y todos estamos de acuerdo en que uno de los pilares de una economía sana es la existencia de altas tasas de empleo. Además, en los últimos años, se ha prestado mucha atención a las cuestiones ESG, esto es, a los factores medioambientales, sociales y de gobernanza que deben tenerse en cuenta a la hora de invertir en una empresa. En la actualidad, los inversores exigen información sobre cuestiones medioambientales y sociales, ya que consideran que las empresas no deben limitarse a generar beneficios, sino que esperan que contribuyan a un beneficio más amplio. En cuanto al aspecto social de los ESG, hay un objetivo que ciertamente puede tener un impacto en la movilidad social que es el crecimiento del empleo. Desgraciadamente, a pesar de los efectos favorables que las empresas cotizadas tienen sobre la economía de un país y el auge de los ESG, existe escasa literatura financiera que estudie el efecto que la salida a bolsa puede tener sobre la generación de empleo. Cabe mencionar que, actualmente, los mercados de valores no están en su mejor momento, sino que se enfrentan a varios retos. El número de empresas que cotizan en los mercados bursátiles de EE UU y Europa ha sufrido un importante descenso en las dos últimas décadas. Además, es alarmante la creciente tendencia de las empresas a abandonar los mercados de capitales, así como la preferencia de las empresas por el capital privado. Este instrumento se ha convertido en la mejor alternativa para que las compañías eviten la volatilidad e incertidumbre que afecta a los mercados bursátiles, demasiado sensibles. También permite a las empresas eludir los requisitos exigidos a las cotizadas. Por otro lado, se ha convertido en un instrumento para obtener liquidez, ya que los gestores ofrecen amplia variedad de carteras de activos que se ajustan a casi cualquier horizonte temporal y permiten obtener la solución más adecuada a sus necesidades. El descenso sistemático de las Ofertas Públicas Iniciales (OPIs) ha llegado a ser tan preocupante que el Grupo de Trabajo Europeo sobre OPIs, publicó un informe al respecto en 2020. Su objetivo era inspirar a la Comisión Europea en el desarrollo de la estrategia de financiación del mercado de capitales de las PYMEs. En definitiva, debido a lo anterior, el objetivo del estudio de Paula fue analizar si las empresas que han salido a bolsa en España durante el periodo 1998-2021 habían creado empleo. Y, en efecto, así ha sido. La base de datos incluía todas las empresas que han salido a bolsa en el mercado continuo español y en BME Growth, antiguo MAB, a lo largo de dicho periodo, que son un total de 156 empresas. Con la intención de obtener una mejor visión, se dividió la base de datos en tres categorías: empresas emergentes, las que tienen menos de 30 años de historia operativa -desde que se fundaron hasta que salieron a bolsa-, empresas consolidadas, las de más de 30 años y finalmente el total de empresas cotizadas. El total de empresas percibió un crecimiento del empleo del 9,12% un año después del inicio de la cotización bursátil y este incremento se elevó al 21,65% una década después de salir a bolsa. Las empresas emergentes crearon más puestos de trabajo que las consolidadas; las más jóvenes experimentaron un crecimiento porcentual 10 años después de salir a bolsa del 32,05%, mientras que las consolidadas aumentaron el número de empleados en un 6,19%. En línea con esta última conclusión, las que cotizan en BME Growth aumentaron su número de empleados mucho más que las empresas consolidadas: experimentaron un crecimiento del 26,28% tras el primer año de cotización, del 86,91% al tercer año y del 305,44% una década después. Además, se puede concluir que los resultados no sólo son válidos para los primeros años, sino que perduran a largo plazo. Por ello, animamos al nuevo gobierno a promover la salida a bolsa de las empresas, como solución a los retos actuales y con el objetivo de conseguir una economía más sana y fuerte. La forma de conseguirlo está en convencer a las empresas de que los beneficios de salir a bolsa sobrepasan los costes, intentar moderar los costes, fomentar los incentivos fiscales, equilibrar el marco normativo, facilitar los procesos burocráticos y promover el crecimiento de las PYMEs. Aplicando estas medidas, lograremos un mercado bursátil que funcione bien y que fomente el empleo nacional.

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