Partido horrible y tres puntazos

El importante ganar incluso cuando no se juega, algo propio de los equipos de arriba, como esos partidos del Madrid en los cuales dormita setenta minutos, hace un alarde diez y se acabó. Veníamos de la pájara defensiva de Elche y al recuperar la senda del triunfo encadenamos cuatro victorias en cinco partidos. Una inequívoca buena señal. Ahora toca Albacete, donde el año pasado entrenaba precisamente Albés y donde hicimos un partidazo con tres goles. Uno de pillo de Campuzano y dos extraordinarios pepinazos de Gaspar y Hassan. Ahora llega nuestro míster a la que fue su casa, de donde acabó despedido (como suele ocurrir en el fútbol). ¿Cómo le recibirán? Merece ovación por la mega temporada de hace dos años, con 'play-off' incluido pero luego el pasado la cosa se torció. Lo importante para nosotros es saber cuánto sabe Albés de su ex equipo, si le tiene cogida la medida, si sabe cuáles son sus cosquillas. El domingo lo sabremos.

La Liga ha pegado un cierto estirón hacia arriba, porque los gallitos ganan. Y es importante estar con ellos por nuestra ambición –siempre será subir– y para pasar el año con el máximo entretenimiento posible.

Ayer acabó el día de dulce con la fea pero práctica victoria del Sporting. Empezó para este juntaletras con un sabroso baño en la Rampla, donde estaban en bañador, soleándose, Pablo Pérez y Guerrero. El primero (31 años) en el Langreo, en Segunda REF. El segundo (34), sin equipo, entrenando entretanto en el propio Langreo «por si surge algo». Viene de Chipre, pero antes, tras ser descartado por Abelardo al subir a Primera, estuvo en el Olimpiakos, Leganés, Rayo, Ibiza... Hablas con ellos del gran ascenso en el cual Pablo anotó 7 goles y Guerrero 11. Ya empieza a quedar lejos aquel año 2015. Han pasado nueve del último ascenso. Y en 2025, cuando termine esta Liga, serán diez. ¿Repetimos? Vamos a Albacete a poner otra piedra de nuestro castillo. ¿Vale Albés?