Vivir en la novena plaza no tiene ventajas para un club como el Sporting. Si fuéramos un tercera venido a más quizá seríamos felices tapadinos con una manta sin pasar frío ni calor. Pero el sacrosanto Sporting, santo y seña de esta ... ciudad, tiene el deber de mirar arriba, de aspirar a un ascenso para el cual no se gastó un céntimo el pasado verano. El club desmanteló el primer equipo, trajo una nueva ristra de cedidos y confió en Rubén Albés como entrenador milagro, en quien depositó la plantilla más corta, y barata, de la historia reciente. Hubo un momento de lujuria en la jornada 14 al conquistar la segunda plaza. Pero cuando el resto del mundo alcanzó la velocidad de crucero, nuestro tren empezó a sufrir averías para las que no tenía repuestos. Lesiones, sanciones, arbitrajes. Las piedras en el camino fueron diversas y dejaron en evidencia la pobre planificación veraniega que, un año más, siguió la máxima de vender todo lo vendible a precios de saldo (Varane esta vez) y buscar en los mercadillos señuelos que maquillasen el estropicio. Así llegaron enero y las prisas. Una ventana de fichajes en la cual nos situamos una vez más, también, en el vagón de cola aguardando al último día para traer dos nuevos cedidos. Rompiendo nuestra nefasta racha de 'fichajes' de invierno, Dotor y Serrano no parecen malos. Irrumpieron como un ciclón contra el Burgos y no lucieron contra el Éibar. Están aún en estudio. Sin embargo, caso de dar buen resultado, como a priori puede esperarse, debemos tener claro que se trata de dos jugadores caros de equipos de Primera que se foguearán aquí cuatro meses y regresarán tras ellos a Vigo y Bilbao. Resultado: el Sporting seguirá (salvo milagro) en Segunda y se habrá dejado en estos parches «más de un millón de euros», según destacó ufano en rueda de prensa nuestro presidente ejecutivo, David Guerra, de quien aguardamos ansiosos su primer volumen literario bajo el título 'Venda usted una moto estropeada con florido verbo'.
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Este es el estado de cosas en Gijón y en el Sporting. Una plantilla con seis cedidos (Maras, Gelabert, Caicedo, Dubasin, Dotor, Serrano), varios jugadores que acaban contrato y, por tanto, una plantilla débil, sin estructura, descompensada (no hablaremos más del 9) y carente de proyección. Enfrente, a 28 kilómetros, tenemos el ejemplo de todo lo contrario: inversión, contratos y estructura. Y así subirán. Buscando el saldo, el baratillo, la enésima cesión (que al final salen caras, ahí está ese millón aireado) seremos el Zaragoza de Gijón, el eterno aspirante. Una pena porque por una vez hay entrenador. Pero no podemos pedirle el milagro de los panes y los peces.
A ocho puntos del 'play-off', jugamos el domingo en Levante. ¡¡¡A las dos!!! Once partidos hemos jugado ya a esa maléfica y estúpida hora desde su implantación con un aplastante balance: cero victorias. Solo cabe pedir arrojo a nuestro Escipión. ¡Valor y al toro!
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