Tras la triste recuperación del cadáver de Olivia, una de las niñas asesinadas en Tenerife supuestamente por su padre, comenzaron a explicarnos desde todos los medios que estábamos ante un caso de «violencia vicaria»: un tipo de violencia machista en el que los maltratadores utilizan ... a los hijos de las víctimas para ocasionarles más dolor. Discutible expresión ya que el término vicario, si bien lo define el Diccionario primeramente como «Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye»; en el resto de acepciones y en su uso común siempre se ha aplicado a la representación clerical. La automática adopción de esta nueva denominación demuestra la sorprendente facilidad con que asumimos la ideologizada semántica generada por los influyentes lobbys progresistas. Como de hecho ya sucede con la palabra «negacionista», que ahora extienden sin piedad sobre quienes no comulguen con las ruedas de molino que pretendan imponernos en cada momento. Por cierto, el mismo día que nos adoctrinaban con lo de la 'violencia vicaria', se detuvo en un pueblo de Barcelona a una madre que confesó haber matado a su hija Yaiza para vengarse de su expareja. Suceso que no recogerían los programas que se estaban ocupando exhaustivamente de aclararnos que la violencia vicaria era un tipo de violencia... machista.
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