El escritor ácrata Jesús Lizcano tiene un poema que titula 'Mamíferos', que algunos pueden considerar irrespetuoso, pero no falto de lógica. Para él, donde los demás ven reyes, cardenales, jueces, pastores de cabras y magos del balón, como Messi, solo se trata de un puñado ... de mamíferos. Diremos que así las cosas, está en su derecho de ver lo que ve y no podemos obligarlo a que vea otra cosa. Lo que no sé es si él, estando cerca de algo singular, fija su vista en lo que encuentra o mira para otro lado. Yo, sin proponérmelo, estuve cerca del papa Juan Pablo II cuando entré por primera vez en la basílica de San Pedro. Era el sumo pontífice para los que lo aplaudieron, sin dejar al mismo tiempo de ser un mamífero. Al igual que los que llenaban el templo.

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Unos cuantos años más tarde, también en Italia, cuando visitamos la ciudad de Bolzano, sabía que allí tenían un personaje que era digno de ser conocido. Es un mamífero, porque dentro de la urna helada que habita se pueden ver su boca y su ombligo. Con la particularidad, según dicen, de que lleva muerto más de 5.500 años. Se llama Ötsi, por el nombre del nevero donde lo encontraron en los Alpes, y los científicos no paran de hurgarle el cuerpo, arrancándole hasta los piojos y los parásitos de los intestinos. Todo un edificio como museo para guardar a tan singular ciudadano. Aunque haya vivido en tiempos remotos y, como dice Lizcano, sea solo un vulgar mamífero.

Acabo de ver en Netflix -un regalo que me trajeron los reyes- la biografía de ese personaje, también singular, llamado Otto Skorzeny. Como ya sabrán, este tipazo de dos metros fue considerado durante los años 1944 y 1945 como el hombre más peligroso de Europa, desde que había conseguido liberar a Mussolini, que lo tenían preso en los Abruzos, y haber hecho otras acciones suicidas. A consecuencia de ello, a Eisenhower no lo dejaban moverse de París y a Churchill le reforzaron la guardia. Y todo ello por un mamífero de 10 arrobas, con la cara cortada como Al Capone.

Pues bien: a no más de dos metros de Skorzeny estuve yo en los años sesenta, cuando venía a la Fábrica de Moreda a ofertar material de las casas alemanas que representaba desde su residencia dorada de Madrid. Es interesante escrutar en la biografía de este sujeto, aunque no sea verdad todo lo que de él se cuenta. Por ejemplo, un romance con Eva Perón, cuando iba a visitar a sus compañeros nazis que retozaban en Argentina. O pasar de ser el hombre más temido por los aliados, a ejercer de espía para los americanos.

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