Una pieza clave

Se va Dacal, se fueron 16 de la primera plantilla del año pasado y a los 13 que quedaron y los cinco que fichamos le sumamos hoy a Gelabert, el tercer cedido, hijo de aquel duro Juanmi y al parecer joven habilidoso para el ataque. Su concurso se antoja importante, más bien decisivo, al haber quedado el talento del centro del campo como el desierto de Tabernas, únicamente con los recursos estilísticos de Nacho Méndez para enlazar la media con la delantera.

Todo parece indicar que Rubén Albés porfiará en el esquema del doble pivote defensivo, con los recién llegados Bernal y Olaetxea. Si el planteamiento es ese, lícito, el tridente que tendrán delante deberá ser de garantías y con manifiesta capacidad de gol, para no dejar al 9 solo en esta trascendente tarea. Tenemos por las bandas a Gaspar y Otero, que vienen de hacer diez goles cada uno. Gelabert, si juega entre ambos, no solo tendrá la misión de hacer pases de gol, sino también de marcarlos. En su última estadística, jugándolo todo, la temporada pasada hizo dos tantos y pasó cinco. Un poco poco. En ese puesto se necesita un jugador con gol salvo que el delantero centro sea de los que pasan de veinte. Pero parece un buen refuerzo, como también Dubasin (ojo, cedidos). Entre estos cuatro medios ofensivos y Caicedo, más las entradas de Campuzano, más Queipo, deberán hacer 40 goles para que salgan las cuentas.

Hay un plan b, pero no parece que se vaya a aplicar. Es el esquema que dio buenos resultados en la primera vuelta del año pasado con Ramírez. Los Nachos en el doble pivote, Gaspar y Dubasin (entonces Hassan) por las bandas, con Otero y Campu en ataque.

Atrás, mientras no vuelva Rober Pier, hay un problema de liderazgo, y de estatura. Curbelo mide 1,80 y Diego 1,77. Insuficiente para ser la pareja de centrales titulares. Dejamos marchar a demasiados (Insua, Izquierdoz, Pascanu). Y ahora vienen las carencias y las prisas. El Levante nos dio la primera en la frente. ¿Y si el Eldense nos da la segunda? Caer al pozo en la segunda jornada obligaría a remar contracorriente demasiado pronto. Aunque bien merecido lo tengamos, ojalá no. Confiemos en la lámpara de aladino del míster gallego y en nuestra corta plantilla. No nos queda otra.