Hoy viajaremos en el tiempo. Estamos en el 15 de Octubre del año 1950 y en el Estadio Santiago Bernabéu, un Real Madrid mediocre, anterior a la llegada de Alfredo Di Stéfano, que tres años más tarde cambiaría la historia del club, gana en el ... minuto 89 por 7-0 al modesto equipo de la montaña alicantina Alcoyano. El resultado y el partido no tendrían nada de especial, porque en aquella época había grandes goleadas, pero ha pasado a la historia porque el locutor radiofónico de Alcoy pronunció su mítica frase afirmando que... «perdemos siete a cero y...seguimos dominando». En aquellos tiempos no había televisión y el aficionado tenía que fiarse de la 'información' que recibía a través de los cronistas, los cuales tendían a ser amables con el poder, en este caso el poder local de Alcoy. Por eso el locutor decía que el Alcoyano dominaba el partido, pese a estar siendo vapuleado. Años después, fue tomando cuerpo la frase famosa de 'tener más moral que el Alcoyano', derivada de tal situación.
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La gente de Alcoy tiene fama de tener un carácter peculiar. Dicen que son sinceros y algo secos, y tal vez por eso cuando estuve no hace mucho por allí, hablando con un lugareño me dijo: «Durante muchos años viajé mucho por Asturias. He vuelto después de décadas. Aquello es una tristeza. Es un geriátrico incomunicado». Creo que no se puede definir mejor lo que es Asturias ahora mismo.
Pero sigamos viajando en el tiempo. Año 1976, se inaugura en Asturias la famosa autopista 'Y' que comunicaba el triángulo astur Gijón-Oviedo-Avilés. Y para ir de Gijón a Oviedo bastaba con tomar esa autopista, que salía justo del centro de la ciudad, mientras que ahora hay que dar vueltas por media ciudad para poder tomar la salida arriba, cerca de El Corte Inglés. Lo que no ha cambiado desde entonces es que la estación de autobuses de Gijón era la misma que hay ahora y con el mismo aspecto tercermundista. En cuanto a la estación de tren, estaba en pleno centro de la ciudad, donde tiene que estar porque es donde da más servicio a la gente... porque de eso se trata, imagino. ¿O, tal vez no? En cambio, ahora solo hay proyectos y proyectos y cada uno de ellos está situado más lejos del centro que el anterior, y donde estaba la estación céntrica de tren ahora está el solar que la socarronería gijonesa bautizó con el descriptivo nombre de 'el pulgómetro'.
Años después, tuvimos fugazmente una conexión marítima entre Gijón y la ciudad francesa de Lorient, cerca de Nantes. Dicha ilusión duró poco, solo un semestre. El barco acabó embargado y se dio a la fuga en El Musel. Después, hubo otras intentonas, todas fallidas, mientras que tanto en Vigo como en Santander consiguieron tener ferrys regularmente. En cuanto a las conexiones aéreas, el aeropuerto de Santander lo tiene mucho más difícil, ya que la comunidad cántabra tiene la mitad de población que Asturias y la mitad de superficie, y tiene la gran competencia de Bilbao. Pese a ello, el aeropuerto astur está siendo engullido por el cántabro y, de hecho, muchos asturianos tienen que ir allí para tomar conexiones aéreas. A eso hay que añadir la reciente noticia de la marcha de Vueling de nuestro aeropuerto, el cual tiene otro triste récord, ya que es de todos los que hay en España el que está situado más lejos de la capital de su provincia, que en este caso es Oviedo, y de la mayor ciudad, que es Gijón.
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Y, ya en el presente, ahora recibimos la última puñalada, puesto que el AVE ya no es que no llegue a Gijón, sino que tampoco irá a Oviedo, ya que acabará en Campomanes. Algo insólito. No hay un solo caso en España en el que se haya hecho semejante disparate ni semejante afrenta a una comunidad autónoma, pero no debe sorprendernos, porque el peso económico, demográfico y político que tiene Asturias en este nuevo puzle que es España es literalmente cero. ¿Se imaginan que en Galicia el AVE acabase en Monforte de Lemos en lugar de ir a las capitales de provincia? ¿Se imaginan que en Cantabria finalizase en Reinosa o que en Málaga acabase en Ronda? Asturias perdió calamitosamente una oportunidad histórica con el manejo desastroso e impúdico de los fondos mineros y con el AVE ahora pierde el último tren que pasará delante de su carcomida puerta.
Ante una situación como esta, indignante y desastrosa para Asturias, quienes debieran defender los intereses de esta decadente provincia aplauden y sonríen beatíficamente, mientras transmiten a la población el mismo mensaje que daba en su momento el sumiso locutor del partido del Alcoyano cuando perdía por siete a cero a falta de un minuto para el final. Es decir, «seguimos dominando». Por eso, sólo cabe decir que 'Asturias Pobre' y 'Pobre Asturias'. Pero, parafraseando a Bogart, 'siempre nos quedará El Cascayu'.
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