Vuelve la burra al trigo y queda de nuevo el congreso del Partido Popular gijonés en un ver veremos, hasta que en la sede regional ... se termine la hechura del traje que mejor se adapte a la candidatura gijonesa. De momento habrá que esperar a ver si fructifica la posibilidad de una candidatura de consenso formada por Pablo González, en su calidad de presidente del PP local, y Ángela Pumariega, vicealcaldesa del Ayuntamiento gijonés, candidatura que pudiera contar con el aval de Álvaro Queipo, tras sus declaraciones en la última edición de la Fidma destacando las buenas cualidades de ambas personas. Hablando de Gijón, resulta insólito que hayan transcurrido más de 15 meses de legislatura y, por mucho que uno se esfuerce, resulte imposible adivinar la hoja de ruta del PP municipal, quien junto a Foro Asturias gobierna el consistorio gijonés. Es palmario que hasta la fecha los populares, a pesar de su indiscutible capacidad, andan a rebufo de los foristas, sin que aquellos hayan demostrado hasta el momento marca propia en todos los grandes proyectos de ciudad. Y eso, cuando habían presentado propuestas interesantes y convincentes en campaña electoral.

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A mi juicio existe una confusión de cara al electorado de ambos partidos, cuyo eco ya es perceptible en la sede de Álvarez Garaya, apareciendo cada vez más afiliados que no están de acuerdo con el actuar de los ediles municipales, a los que acusan de andar a los dictados de Foro. Sí parece tenerlo más claro la propia alcaldesa, quien no anda por las ramas y el pasado mes de junio declaraba en EL COMERCIO, de manera taxativa, que PP y Foro no eran lo mismo, defendiendo a capa y espada la lógica autonomía que ella misma práctica y que, a su vez, le exigen los militantes del partido que preside. Sabe además Moriyon que en estos momentos su partido es más fuerte que el PP gijonés, encontrándose cómoda al frente del gobierno municipal sin que nadie le rechiste. Es evidente que ella no se confunde y tiene plan de vuelo hasta el final de la legislatura. En sentido contrario y quienes, por actos propios, se encuentran en la inopia son los populares. Y no hace falta ser politólogo para saber que Foro Asturias es una escisión del Partido Popular, que ha dejado heridas complicadas de curar y posicionamientos poco reconciliables entre los militantes de ambas formaciones políticas. También las hay entre los propios de Foro, una vez que se decidió pasar por la quilla a su fundador, Francisco Álvarez-Cascos.

Por lo antedicho, la disparatada creencia, que desde hace unos meses anda viajando por alguna mente popular, de que la única salida que hay para que este partido pueda ganar las elecciones en la ciudad es contar con Carmen Moriyon, bien al frente del PP Gijonés o en coalición de partidos, es tan utópica como pensar que se puede llegar a la luna en avioneta. A lo máximo que se podrá llegar es a la situación actual, es decir, a un nuevo apoyo del PP a Foro, ya que, por el camino en que se va, en próximas elecciones los populares volverán a quedar por detrás de los foristas. Incluso me atrevería a decir que hasta con un resultado más adverso, si no se ponen al lío de manera seria en los tres años de legislatura que restan.

Nunca habrá una coalición, sencillamente porque Foro no la quiere y, lo más importante, porque no la necesita. Tampoco sería ortodoxo que el gobierno de la ciudad se utilizara algún día como trueque para intereses políticos regionales.

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Se explica difícilmente la complacencia de los ediles populares con Foro, que hasta ellos mismos renuncian a llevar adelante sus promesas electorales. Hablando de sumisión, ahí están los casos de El Muro y el 'solaron', ejemplos de que en campaña se dijo una cosa y cuando se sentaron en la bancada consistorial mantuvieron otra. Por lo que se refiere vial de Jove, ahora más que nunca urge un pronunciamiento del Consejo Social de la ciudad, cuando surge una nueva dislexia proyectual con el nuevo planteamiento ministerial de un vial soterrado en algunos tramos y en otros deprimido. Lo dije hace tiempo: echarle la culpa al Ministerio lleva a ninguna parte, siendo más practico plantear alternativas posibles, que las hay.

Concluyo, que, en coherencia con el motivo de estas líneas, el PP municipal ha de discernir entre lo que supone lealtad a su socio de gobierno, cosa lógica, legitima y exigible, y defender con uñas y dientes su programa electoral, con el que hace algo más de un año se presentó a los comicios municipales. Desde luego que en algunas cosas existirá plena coincidencia de pensamientos y planteamientos con Foro, pero en otras no. Y siempre debería quedarles claro a los Populares que divergir jamás supone deslealtad y sí tener personalidad política propia –hasta ahora inexistente–, tendente a demostrar que el Partido Popular pudiera algún día gobernar Gijón. Lo contrario supone una derrota de antemano, que las personas con varios años de militancia en esta formación nunca podrían aceptar.

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