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La designación de David Cuesta como secretario general de los Populares gijoneses no ha dejado indiferente a nadie. El nuevo cargo directivo es gran conocedor ... de todos los entresijos del PP de Gijón y también de los de Foro, tras pendulear entre ambas formaciones en los últimos años; Cuesta es persona amable, con callo político y ambición demostrada, y con este perfil seguro que hará una buena labor en el partido al lado del nuevo presidente, Andrés Ruiz. También es destacable el esfuerzo de transversalidad emprendido por el flamante nuevo presidente de los populares gijoneses al tratar de conformar una junta local en la que pudieran caber todas las sensibilidades de las diferentes familias que cohabitan en el PP gijonés y lograr el necesario equilibrio que necesita el partido. Por eso, contar de nuevo con Jesús Suárez es una garantía en todos los sentidos al ser una persona muy considerada en Gijón; Suárez goza de gran prestigio en importantes círculos sociales y empresariales de la ciudad, cualidades que hacen que sea otro hombre fuerte del presidente de los populares locales.
Este es el marco en el que se inicia la era Ruiz tras la celebración de un congreso que ha dado mucho que hablar, al haber apartado de la carrera final congresual a Pablo González. La razón por la que Queipo personalmente le impidió presentarse al congreso celebrado hace pocas semanas al expresidente del PP gijonés ha tenido respuesta el pasado fin de semana, con la alianza que estaba cantada hace meses entre Queipo y Pumares. La irrisoria justificación aducida sobre el intento de noqueo político al presidente Barbón resulta a todas luces una tomadura de pelo, una estrategia entre trileros que tienen por mesa una caja de cartón más que una verdadera opción de hacer oposición aderezada de un mínimo sentido común. Aunque tras lo rubricado quieran demostrar lo contrario, la firma del pacto entre ambos políticos supone el embrión de lo que hace unos meses desde esta misma columna denominé como 'política de letrina'. En resumen, la estrategia consistiría en crear a nivel regional una candidatura única a favor del PP en la que quedaría integrado Pumares para consolidar los votos que se pudieran ir a la formación forista en las próximas autonómicas de 2027. Aunque ayer se habló también de una posible coalición electoral PP-Foro, pero solamente a nivel regional.
Esta claro que tanto Queipo como Pumares, en estos momentos, vuelven a mover el cubilete para intentar despistar al personal y cambiar la bolita de sitio predicando de nuevo la autonomía de cada formación, sabiendo todos que Foro desaparecerá a nivel autonómico, no llevando esa coalición a ningún lugar. Ese es el motivo por el cual existirá una lista única. En compensación, el PP gijonés no pondría ningún obstáculo a Foro, permitiendo decaer incluso sus propias propuestas electorales con el fin de que doña Carmen Moriyón tuviera vía libre para repetir como alcaldesa de Gijón en el caso de que decidiera presentarse en las municipales de 2027. La entrevista realizada por EL COMERCIO el pasado lunes 17 a Adrián Pumares dejó claro este objetivo con afirmaciones como esta: «El acuerdo puede impulsar la labor que se hace en Gijón». Blanco y en botella.
En este mismo sentido no hace falta haber estudiado en la Sorbona para descubrir que sobraba una persona para que este trato fuese posible: el expresidente del PP gijonés. Basta recordar que Pablo González marcó en su día las líneas rojas que los foristas no podían sobrepasar dentro del pacto de gobierno suscrito en 2023. Saben multitud de militantes gijoneses que esta fue la única razón por la que se le entregó a Foro Asturias la cabeza de González de forma precipitada y poco antes de la celebración del cónclave Gijonés. Vamos, que lo ocurrido con esa persona revalida aquella icónica expresión del exministro de UCD Pio Cabanillas quien, en las luchas intestinas de esa formación, espetó la frase: «¡Al suelo, que vienen los nuestros!». Ahora, tras la reciente aparición de Andrés Ruiz al frente de los populares gijoneses, habrá que conocer el papel que va a jugar el concejal Rodrigo Pintueles. En los corrillos populares de la sede gijonesa existe una seria incertidumbre cercana a la preocupación sobre si la política del Grupo Municipal Popular la va a marcar el nuevo presidente (sirviendo Ángela Pumariega como lógica correa de transmisión) o, por el contrario, ella va a seguir al paso de la oca que le pueda señalar de nuevo Pintueles, plenipotenciario de Queipo en Gijón, y quien hasta la fecha es a todas luces el hacedor del citado grupo municipal. No obstante, durante estos meses la actual vicealcaldesa ha venido demostrando públicamente que tiene criterio propio para defender con la marca popular los proyectos mas importantes de Gijon, sin tener que bailarle el agua a su socio de gobierno. La negativa a reducir la edificabilidad del solaron y el vial de Jove por el Puerto son claros ejemplos.
El objetivo del nuevo presidente no ha de ser otro que el de poder ganar las elecciones de 2027 y gobernar Gijón por méritos propios. Dejar que se utilice al PP gijonés como la bayeta absorbente de Foro Asturias es la mayor garantía para seguir siendo la tercera fuerza política en el Ayuntamiento de Gijón. Tras dos años transcurridos, el pacto de gobierno entre Foro y un PP que ha perdido su personalidad genuina no ayuda a lograr esa meta que muchos gijoneses quieren alcanzar. Habría que remontarse a los tiempos de Mercedes Fernández, popularmente 'Cherines', para encontrar en la ciudad la marca del Partido Popular. Afortunadamente, esta persona –denostada en su día por Pablo Casado– ha sido recuperada por Feijóo y puede aportar mucho tanto al PP regional como al local. Concluyo señalando que el nuevo presidente de la sede de Álvarez Garaya tendrá que demostrar valentía y determinación, tratando de evitar la confusión entre ambas formaciones que, a buen seguro, sin llegar a la absorción del PP por Foro, lo convertirá en irrelevante al perder al menos dos concejalías en favor de VOX.
La alianza firmada esta semana en el Parlamento Asturia nos lleva sin ninguna duda por ese precipicio. No obstante, todavía es pronto para hacer valoraciones, y es oportuno esperar a que transcurra un plazo de seis meses de legitima cortesía política en aras de que Andrés Ruiz pueda aparejar debidamente el partido gijonés. Ese margen temporal servirá para conocer si realmente tiene carta propia de navegación o, por contra, acepta quedar convertido en un correveidile del PP regional, sumiso a su vez a Foro Asturias por intereses abyectos provenientes de Oviedo y que ya han comenzado a emerger el pasado fin de semana.
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