Es una pena que Asturias no esté más considerada como parte del Camino de Santiago. Existe, por supuesto, la ruta del Norte que aporta muchos atractivos para los peregrinos, empezando por las vistas al mar y las playas, pero es insuficiente. Nunca se ha sabido ... aprovechar sus posibilidades como atracción turística complementaria.
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Hace algún tiempo, un grupo de alcaldes -liderados por el de Nava- con inquietudes y visión de futuro acogieron la idea del abad del Santuario para promocionar una desviación alternativa que se denominaría La Ruta de Covadonga. Celebraron varias reuniones y elaboraron un proyecto, para el que me pidieron una colaboración, por supuesto desinteresada, que pronto acabaría olvidándose en el fragor de unas elecciones locales.
La Ruta de Covadonga estaba contemplada como bifurcación del Camino del Norte que se iniciaría en Santo Toribio de Liébana y volvería a unirse al camino principal pasando por Oviedo, que aportaría toda su riqueza monumental y artística con el prerrománico al frente. En ese recorrido, el peregrino, o si se prefiere el turista, disfrutaría con el paisaje excepcional de los Picos de Europa, de las riberas exuberantes, con su atractivo salmonero, del Cares y el Sella, y de la gastronomía más variada con especialidades como los quesos de Cabrales y Gamonedo, la fabada o el arroz con leche. El reencuentro con la historia incluiría iglesias medievales como las de Arenas y Villaverde y, especialmente, la de Abamia, el recuerdo más antiguo de la Reconquista, y el santuario de Covadonga, en el que la tradición religiosa se complementa con el sepulcro de don Pelayo dentro del entorno del Parque Nacional de los Picos de Europa. Cangas de Onís, la primera capital de España, cargada de historia y simbolismo, con el puente de arquitectura romana, fondo tradicional de centenares de fotos que exhiben su belleza por todo el mundo.
Los desfiladeros del Cares y los Beyos se complementan con los lagares clásicos donde se elabora la sidra, un atractivo museo en Nava, con fiestas y espectáculos deportivos como el descenso del Sella, entre Arriondas y Ribadesella, las tradicionales ferias de ganado de Corao o Infiesto y las típicas romerías amenizadas por las gaitas de pueblos y aldeas. Y la fauna es única por su variedad y originalidad, con especies famosas como los caballos asturcones, el salmón y otras amenazadas de extinción como el urogallo o el oso pardo. Y todo, en un ambiente de valor ecológico único y un atractivo sin parangón para quienes buscan el encanto del senderismo, con frecuencia por rutas inéditas.
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Tengo la suerte de conocer más de un centenar de países y son muchos los lugares realmente interesantes y maravillosos. Pasión asturiana aparte, La Ruta de Covadonga, enmarcada en el Camino de Santiago, está sin duda entre los más variados, bellos e interesantes que el visitante puede disfrutar. Claro que como contrapartida es de los más descuidados.
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