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Meterse en una cueva

Domingo, 23 de abril 2023

Nos enteramos, con asombro, de que una mujer ha permanecido metida en una cueva casi dos años y que solo ha salido porque, al parecer, se le ha estropeado el 'router' con el que se comunicaba con el exterior. Ignoramos si este empeño se debe ... a un concurso de misantropía extrema, del que no fuimos informados, a un tratamiento experimental contra la fotofobia o a llenar unos párrafos de ese libro absurdo de los récords -al que solo salva tener nombre de cerveza-, responsable de tantas indigestiones y excesos. También nos podemos poner intensos y proponer una lectura neo-platónica del evento, una especie de vuelta de tuerca al mito de la caverna. Recordamos que Platón, impresionado por la condena a muerte de su maestro, Sócrates, por el delito de corromper a la juventud, contándoles la verdad, ideó una alegoría en la que los hombres estaban encadenados en una caverna, de cara a la pared, de manera que sólo podían ver las sombras a contra luz de lo que ocurría en el exterior. Justo como nuestra civilización cree tener el mundo en la palma de la mano, cuando solo tiene acceso a un baile de sombras, trufado de anuncios, cebos y noticias falsas, a todo color y en alta definición.

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