Secciones
Servicios
Destacamos
En absoluto pienso que Gijón sea una ciudad peligrosa. Más bien, lo contrario. Nuestros índices de seguridad ciudadana son de los más elevados del país. Al menos, eso dicen los informes policiales al respecto. Uno puede pasear o disfrutar de la noche con total seguridad. ... Sin embargo, eso no quita para que tengamos algún que otro episodio desagradable. Sobre todo, en verano donde coinciden una serie de factores que favorecen a los violentos. Entre ellos, el que la ciudad tiene una alta afluencia turística con ganas de fiesta. En ocasiones, quizá, de forma incontrolada. Así, resulta habitual que por estas fechas tengamos alguna que otra algarada callejera, más que nada, porque hay quien no entiende las celebraciones sin armarla. Incluso aunque en la actualidad nos encontremos en plena pandemia y a las puertas de volver con las restricciones del cuatro plus. Recordemos que este clima insano tuvo su culmen con la agresión a Germán Fernández: el joven que en julio de 2017 recibió una brutal paliza en Fomento que lo dejó con lesiones neurológicas de por vida. Desde luego, lo que desgraciadamente le pasó a Germán supuso un toque de atención hacia cómo puede llegar a derivar el ocio nocturno, cuando se realiza sin control.
Ahora bien, los sucesos acaecidos la noche del pasado viernes al sábado suponen ir un paso más allá. La presunta agresión sexual múltiple a dos chicas en un establecimiento hotelero gijonés, es algo intolerable. Delito que nos ha puesto como noticia a nivel nacional durante el fin de semana, bien a nuestro pesar. Máxime, si tenemos en cuenta que somos pioneros en el tema de la lucha contra la violencia machista. Que un grupo formado por cuatro jóvenes varones tienda supuestamente una emboscada en un apartamento turístico, resulta de una gravedad extrema que merece nuestra repulsa y condena más firme. No podemos consentir que hechos como estos se vuelvan a producir. Los gijoneses somos gente pacífica y repudiamos sin contemplaciones este tipo de agresiones. Sabemos convivir y respetar. Nadie puede decir lo contrario, aunque en ocasiones nos encontremos con sucesos tan lamentables. Buena prueba de ello ha sido la rápida asistencia a las víctimas, junto con la condena unánime por parte de la sociedad. No consentimos (ni consentiremos) ningún tipo de violencia sexual. Ojalá, se aclaren las circunstancias y la Justicia actúe con el peso de la Ley.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.