Represión financiera según Napier

Ahora son los gobiernos los que con sus decisiones asumen un papel de competidores del BCE y la FED. Así, esas decisiones han pasado de manos técnicas, con conocimientos de macroeconomía, a manos políticas, preocupadas por cuestiones de clientelismo electoral

Domingo, 4 de diciembre 2022, 01:32

Russell Napier es un economista famoso por haber pronosticado la llegada de la inflación cuando hace dos años todo el mundo estaba preocupado justo por lo contrario, es decir, por la deflación. Napier, cofundador de la firma financiera Eric y profesor de la University Of ... Stirling, ubicada en Escocia, tiene fama de ser un hombre prudente en sus vaticinios, alejado de un optimismo infundado y, también, de un pesimismo catastrofista. Por eso su vaticinio de que nos estamos adentrando en una época que él denomina de 'Represión financiera' merece la pena ser analizado.

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A grandes rasgos, lo que Napier advierte de que está comenzando a ocurrir es que estamos adentrándonos en un terreno nuevo y desconocido, caracterizado por el cada vez más influyente papel de los estados y los gobiernos en la 'creación de dinero', mediante garantías crediticias que conceden a cargo, claro está, del contribuyente actual y de los futuros... Porque resulta que los excesos de hoy alguien los va a pagar o ya los estamos comenzando a pagar, pero de una forma silenciosa. Hasta el momento presente, en el mundo había economías centralizadas y otras de libre mercado, aunque realmente ningún país encajaba a rajatabla en ninguna de ambas categorías, ya que en Occidente el peso del Estado en la economía es superior al 40% y en los países teóricamente comunistas, como China, ya hay un grado de libertad económica y de competencia que supera al que tienen muchos países europeos. Y en ese entorno eran los bancos centrales, o sea el BCE y la FED, los que tenían el poder para poner más dinero en circulación o para restringirlo, según quisieran potenciar el crecimiento económico o luchar contra la inflación.

Pero ahora las cosas han cambiado, y son los gobiernos los que con sus garantías crediticias asumen un papel de competidores del BCE y de la FED. Es decir, la decisión ha pasado de manos técnicas con conocimientos de macroeconomía, a manos políticas preocupadas por cuestiones de clientelismo electoral. Y, además, es algo fácil de hacer y gratis, de momento. Es decir, para avalar o garantizar la devolución de un dinero que pide alguien que, probablemente, va a ser insolvente, no hay que subir impuestos hoy ni emitir más deuda pública. Pero sí habrá que hacerlo dentro de poco, cuando ese cliente sea insolvente y el estado tenga que pagar en su lugar. Pero, claro, eso ahora no preocupa, porque antes de que llegue ese problema habrá otras cosas más importantes, como pueden ser unas elecciones. Todo ello conduce a lo que Napier denomina como 'Represión financiera', o sea, un modo indirecto de quitarle dinero a una gente para dárselo a otra, de un modo silencioso, algo así como la famosa 'Teoría de la rana', en la cual la rana va cociéndose poco a poco sin llegar a tomar nunca la decisión de salir del agua porque casi no nota el cambio de temperatura, pero acaba cocida.

Las razones por las que sucede este fenómeno son evidentes y la principal es que el nivel de endeudamiento total (sector público más el sector privado) de Estados Unidos ya supera el 290% del PIB e incluso en Francia sobrepasa el 371%, siendo superior al 250% prácticamente en todos los países occidentales. Ante tal situación, el gran peso del endeudamiento condiciona todo. Eso, unido a la crisis derivada del covid, conduce a muchos gobiernos a adoptar medidas cómodas hoy, que distorsionan el mercado crediticio y que generarán un coste tremendo para las siguientes generaciones.

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Es decir, estamos ante un entorno en el cual se está sacando dinero del bolsillo de unos contribuyentes para dárselo a otros, pero de un modo silencioso. Fundamentalmente, el dinero pasa de ahorradores a deudores, de personas que trabajan a gente que no lo hace, etc. Además, hay que añadir otro efecto silencioso, pero real, como es el hecho de que algunos gobiernos no deflactan las tarifas impositivas, con lo cual el efecto de la inflación les lleva a recaudar más. Dicho de otro modo, la gente paga más impuestos, habiendo perdido poder adquisitivo y encima es algo que no se percibe casi. La cuadratura del círculo. Si le dijesen a las personas que tienen dinero en el banco que iban a quitarles una parte importante de sus ahorros para dársela a quienes son deudores y si les dijesen a los que trabajan que les quitan una parte de su nómina para dársela a los que no trabajan, incluso a los que no quieren trabajar, habría una auténtica revolución social. Ahora, el efecto es el mismo, aunque de un modo inconsciente y silencioso y la nueva etapa de 'Represión financiera' tiene una parte de culpa.

Y todo ello, hecho, como dice el isrealí Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía del año 2002, junto con el norteamericano Vernon Smith, «como los disparos con silenciador. No se oyen, pero matan». Al genial pensador norteamericano Groucho Marx le preguntaron en una ocasión cuál era el tipo de atraco más peligroso, y contestó: «Aquel que no notas». Algo así como si a un hombre que lleva un saco de harina procedente del molino, resultado de los esfuerzos de mucho tiempo de trabajo, le diesen un pequeño corte en el saco y fuese perdiendo harina sin darse cuenta. Cuando llegue a casa tendrá solo el saco y la harina la tendrán otros.

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