Repensar Gijón

En concreto, tres desde 1999 y, en fin, yo diría que alguno ha pasado sin pena ni gloria. Sobre todo, porque resulta muy difícil planificar a tan largo plazo. Existen muchas circunstancias por el camino imprevisibles (pandemias o guerras) y distintas formas de ver la ciudad cada cuatro años (las alcaldías son diferentes).

¿Qué es lo que distingue a esta Agenda Urbana? Sin duda, su fuerte componente ideológico. La izquierda apuesta plenamente por unos valores que dice defender el documento. A la postre, la «igualdad, sostenibilidad, justicia y equidad». Recuerden que el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, era también ministro de esta Agenda 2030, aunque nadie supiese muy bien qué era eso. La versión gijonesa -presentada con mucha fanfarria por el Ayuntamiento- apunta hacia diez principios rectores, que no dejan de ser grandes ideas y conceptos. Sostenibilidad, economía circular, impacto climático, mejorar la gobernanza...

El cómo se lleva a poner en práctica todo este compendio de buenas intenciones no deja de ser una incógnita.

De hecho, es muy probable que ni siquiera lleguemos a poder evaluar si se han conseguido o no. Eso sí, como esto nos lo paga Europa (250.000 euros) vamos a ponernos a repensar Gijón. Total, como no hay otra cosa mejor que hacer.