Directo Pepe Lorente, mejor actor revelación por 'La estrella azul'

Asturias no necesita población flotante. Esto es, gente que venga por unas determinadas circunstancias y luego, al cabo de un cierto tiempo, se acabe marchando. Más o menos, lo que hace cualquier turista cuando termina sus vacaciones. De hecho, nos sobra gente que viene a ... pasar una temporada y adolecemos de quienes quieren echar raíces. Buena prueba es que, mientras seguimos batiendo anualmente el récord de visitantes, probablemente, en estos momentos ya hemos bajado del millón de habitantes. Dicho de otra forma: interesa quien viene a trabajar y no solo al solaz. Sobre todo, si lo que pretendemos es revertir el problema (problemón) demográfico que tenemos. En este sentido, la semana pasada hubo un pleno extraordinario en la Junta del Principado, para aprobar el dictamen elaborado por la comisión de estudio sobre el reto demográfico. A la postre, más de 200 medidas que luego servirán de base para la futura ley que debe elaborar el Gobierno. Nuestro presidente, Adrián Barbón, se comprometió a llevarla a la Cámara antes de que acabe la legislatura, pero no a aprobarla. En fin, menos mal que esto es algo prioritario.

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Pues bien, durante el debate surgió un nuevo concepto: el potencial que tiene nuestro paraíso natural como «refugio climático». Es decir, debido a los calores que pasan en la meseta, tal parece que vamos a ser capaces de atraer a una población que huye de las altas temperaturas. Según la diputada de Podemos Nuria Rodríguez podría revertirse la pérdida de habitantes «en un periodo de cinco años». Sin duda, sorprendente. Desconocemos en qué se basan sus predicciones, ahora bien, no sé qué diferencia hay entre quien viene a pasar el verano para evitar el sofoco y un turista cualquiera. Supongo que el tiempo de duración en la estancia, porque, en realidad, ambos acabarán marchándose en septiembre. De hecho, cada día se consolida más visitar Asturias por nuestros innegables encantos, pero de ninguna manera para quedarse a vivir. Fíjense, si no, cómo nuestras villas y pueblos ya son estacionales. Durante el verano están completamente desbordados, mientras que en invierno se encuentran vacíos o a medio gas. En definitiva, no me parece a mí que eso del «refugio climático» sea la solución a nada. Más bien, una ocurrencia como tantas que hemos escuchado a lo largo de los años. ¿O no se acuerdan de cuando se decía que el futuro de Asturias estaba en Hunosa?

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