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Recuerdo que cuando era niño en el colegio nos pasaban una hucha para depositar dinero cuyo destino eran los «niños chinos». En aquellos años siempre se decía que cuando el «gigante amarillo» despertase Occidente temblaría y hace tiempo que ha despertado. Pero tampoco en China ... es oro todo lo que reluce y la crisis inmobiliaria es un buen ejemplo.

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elcomercio La rebelión hipotecaria china