Divisiones políticas a la carta

La cena del pasado jueves no iba a ser una excepción y el acto se matizaba con dos asuntos candentes sobre todos los demás. El primero se quedó en agua de borrajas. Los protagonistas se mantuvieron siempre a prudencial distancia, sin saludarse ni ponerse a tiro, ni siquiera a golpe de vista. Bajo el mismo techo coincidieron el alcalde, Alfredo Canteli, y el presidente del Real Oviedo, Martín Peláez, que durante la semana mantuvieron un tenso y duro enfrentamiento a través de declaraciones y comunicados a cuenta de la ciudad deportiva del club azul. De todas formas, la tensión se cortaba en el salón de De Loya-Latores donde se celebró el cóctel y la cena.

La segunda arista fue la más jugosa. Un par de horas después de que la dirección regional del Partido Popular diera el plácet para convocador el congreso del PP de Oviedo, con dos grupos enfrentados por la presidencia que dejará vacante Agustín Iglesias Caunedo tras doce años en el cargo, la cena dejó entrever la división del PP ovetense.

Por un lado, una mesa en la que Iglesias Caunedo, desde siempre apoyado políticamente en Gerardo Antuña, se sentó flanqueado por Mario Arias e Ignacio Cuesta, muy cómplices los tres durante toda la cena, mientras Antuña se arremolinaba con parte de los suyos (gente de Nuevas Generaciones presentes y otros afiliados históricos que no suelen frecuentar este tipo de actos) a seis o siete mesas de distancia.

Mientras tanto, en la de Iglesias Caunedo, las concejalas Leticia González y Concepción Méndez disfrutaban de la compañía del presidente regional del partido, Álvaro Queipo. En la otra mesa también eran todo sonrisas.

El problema de cara al congreso es la presencia de Antuña como candidato cuando Queipo y Canteli deseaban un candidato único en la persona de Mario Arias, pero Antuña no está por la labor. Las urnas decidirán.