C ómo sería mi vida si en vez de emigrar su hermano, mi abuelo fuera el obligado a buscarse la vida en América?, si perdida la incivil guerra se hubiera exiliado en México; si mi padre se hubiera ido a Europa a pelear la vida ... negada a tantos en su casa y un servidor hubiera nacido allí; ¿cuál sería mi sentimiento y patria?, ¿qué percepción tendría de una tierra extraña que hoy, en cambio, siento mía y alguno cree patrimonio exclusivo-excluyente del nacido o llegado antes de dibujar esa línea que llamamos frontera?

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Resulta lamentable ver cómo grita e iguala menores con basura quien se cree patriota: futboleros exultantes con los éxitos pero incómodos por el papel 'extranjero' en los mismos, pastores y ovejas cristianos que olvidan versículos samaritanos y añoran viejas cruzadas, intelectuales orgánicos que reducen la identidad patria al paréntesis que va de los Reyes Católicos a la posguerra, exhibidores de bandera que desprecian las demás, fans de la Raza e Hispanidad temerosos de ser invadidos, pues uno es educar al ignorante indígena y otra dejarte robar el Edén que Dios encomendó y la historia exige preservar. Pasa cuando te crees único, miras solo atrás e ignoras que la cultura es mezcla, los países, mestizaje y la ciudadanía, realidad dinámica. No conviene ser ingenuo o defender visiones angelicales porque el mundo es complejo, conflictivo y difícil, sobre todo debido a la rara costumbre humana de querer vivir, buscarse la vida (hasta perderla) e intentar comer a diario.

Asusta ver gente alardear de una nobleza que, en este caso, no obliga mientras exhibe su miseria moral, españoles de vocación universal-imperial loando tiempos en los que el sol no se ponía, defensores ardientes del terruño como parcela privada. Ojalá más pronto que tarde abandonen un juego propio de tahúres profesionales.

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