Lo sé, buscan votos y prefieren rastrear cientos de ellos volando a los del pájaro en mano, sobre todo si vive enjaulado en un cuerpo insumiso frente a la voluntad luchadora. Extraña lo ocurrido en el Congreso –cada día menos– de los Diputados, cada día ... más de los disputados, con enfermos de ELA; mal que se adueña de su cuerpo pero no logra someter espíritus indómitos como los de Capitán o Unzué, que reclaman su dignidad y buscan futuro para quien puede vivir mañana lo que ellos sufren hoy. Acudieron cinco diputados sobre el total invitado; ni siquiera quienes forman la Comisión de Sanidad. Quizá obligaciones mayores, su negativa a echar horas 'extra' o un imprevisto, les hizo elegir entre principios y finales… Y ganaron los 'principios'.

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La política hace tiempo que transitó de las prioridades al resultado; de lo cualitativo a lo cuantitativo, que prima la demanda clientelar sobre la oferta política hasta hacer que el consumo diluya toda prioridad. Así se explica que genere más interés, por ejemplo, la ley de protección animal que la exigida por los enfermos de ELA; quizá éstos sumen menos votos que los dueños de las mascotas. Extraña que la reflexión de Unzué o la presencia de 'Capi', viajero desde Asturias en duras condiciones, no hallen eco en quien debe gestionar las prioridades ciudadanas en temas, como éste, ajenos a broncas y al marketing.

Preocupa el gesto del político y preocupa la indiferencia y pobre crítica ciudadana, acaso en la creencia de que la enfermedad es obra del azar ante el que la política nada puede hacer. Quizá esto es la nueva política: afinar el oído, graduar la vista y afilar el olfato para atender demandas del mercado antes que escuchar el grito doliente. Al fin y al cabo, un hombre, es un voto y unos miles de enfermos de ELA no dan siquiera para formar grupo parlamentario.

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