Los buenos... y ¿los malos?

El tiempo ético resumido en dos mensajes bajo el denominador común de la bondad: uno, aléjate de podemitas, como Ayuso, incapaz de apuñalar por la espalda, ella siempre va de frente; dos, cabe ser socialista... de los 'buenos', escasean, pero haberlos, haylos. El PP tardó en hallarlos; les creía malos pero fue un error interpretativo corregido tras blanquear, sin despejar, la X del GAL, adular al hermano de quien se forró en su nombre y descubrir que González, 'el ogro' es (San) Felipe camino a los altares, sin olvidar a Leguina 'el converso-reverso' o al mutante Corcuera, de 'El Tosco' al cálido 'dame la manita, Pepe Luis'. Quizá acabe en cónclave y elija Papisa a Díaz Ayuso tras barrer al acólito que, por gallego, ignora si baja o sube, si viene... o lo devuelve. Pero el mal, adherido siempre al bien, como la cizaña al trigo, retorna encarnado en rojos de catálogo, hijos de Satán, 'club de fans de Txapote' -numeroso, a juzgar por el resultado-, comunistas a secas, bolivarianos, chavistas, sanchistas a derogar, la maquillada Yolanda, realmente 'la bruja Avería' y, sobre todos, 'Perro Sanxe', expresión política de Lucifer.

Suena a maniqueísmo nada democrático, pero no es lo que parece. Se trata de una lección ética, otra, a cargo de quien sabe y puede, porque, tras brillante concurso-oposición, ha logrado el título celestial y plaza en propiedad de 'buen' ciudadano.