Pulpo por animal de compañía

Que unos representantes públicos tengan que esperar a unos informes técnicos de un ministerio madrileño para saber dónde ubicar una estación en Xixón da la medida del nivel en el que se está moviendo hoy en día la política local. Y es que se podían haber buscado otros argumentos, o simplemente decir la verdad. La estación se va situar donde diga el que la paga. Y el que la paga sostiene que donde sea más barato. Y lo más barato que encontraron para no situarla en Tremañes fue donde ahora dicen que la van a construir.

Ni por razones técnicas, ni de movilidad, ni de centralidad ni de mejora del servicio público ni de beneficio a la ciudadanía gijonesa. Por ahorrarse unos cuantos millones. Por eso causa estupor que en la reunión que hoy se celebra del consejo de administración de Gijón al Norte, la alcaldesa de esta ciudad defienda, sin ni siquiera pasar por el Pleno del Ayuntamiento, que la estación se ubique donde le mandan, modificando unilateralmente el convenio que suponía para Gijón 814 millones de euros de inversión incluidos los compromisos de Fomento para costear en solitario la construcción de las estaciones del metrotrén en la plaza de Europa, El Bibio y Viesques, así como la equipación completa del túnel y su prolongación hasta el hospital de Cabueñes.

Por eso, lo que se aprobará hoy solo puede considerarse un engaño a Gijón. Si al menos sirviera para comenzar de una vez la obra y poder disfrutar de una estación digna... pero es que ni siquiera para eso. Lo único que pretenden es que, en relación con la supresión de la barrera ferroviaria, y después de más de veinticinco años, la ciudadanía gijonesa acepte pulpo por animal de compañía.