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Gaspar Meana
El príncipe ¿destronado? de Bel Air

El príncipe ¿destronado? de Bel Air

En la bofetada de Will Smith y su exabrupto posterior hubo dos cosas: patriarcado y lucha de clases. Cómo se determinan, es lo que ha venido después

Miércoles, 6 de abril 2022, 22:15

«El glamour no puede existir sin que la envidia social de las personas sea una emoción común y extendida», dice John Berger. Y el ... glamour, ese glamour de élite, estaba servido en uno de sus más famosos escenarios: la gala de entrega de los Oscar. Lo podemos definir como uno de los templos de la cultura del imperio. Todo iba según el guion establecido y entonces, sobre ese escenario de la sociedad del espectáculo, un chiste de mal gusto. Todos rieron, incluso el después supuestamente ofendido, no así la ofendida, la mujer calva, que torció el gesto y, entonces, su caballero, en un impulso, salió a escena y abofeteo al ofensor. ¿Se quebró el guion? ¿Era el guion previsto? Y aunque no lo estuviese, ¿se ha aprovechado? O, al contrario, ¿ha hecho saltar por los aires, aunque sea momentáneamente, uno de los espectáculos de la industria cultural del capitalismo?

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