Vamos sabiendo lo que el Gobierno de la Nación -ya veremos qué acaba saliendo como ley en el BOE- prevé invertir en Asturias: 393 millones de euros que, como ha resaltado este diario, suponen un 4% más que en 2021. Como siempre que toca repartir ... una tarta y el hambre de los comensales es mayor de lo que da de sí el pastel, siempre habrá descontentos y hasta desesperaciones, cuando se postergan, año tras año, ilusiones de municipios, comunidades, o simples ciudadanos a título de tales o, por ejemplo, de conductores.
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Digo esto último, porque uno de los caballos de batalla, añoso pero puesto a galopar desde hace meses y más tras la advertencia europea de la ilicitud, por falta del requisito de la libre concurrencia, de la prórroga del peaje en las autopistas gallegas, es el pago en el paso por el Huerna. Pese a la queja de la Presidencia de nuestra Comunidad, de momento, la rebaja presupuestaria -que ni sabemos cómo se aplicará- se queda en 9 millones de euros, lejos de los 55 que se destinarán, con toda justicia, a nuestros vecinos de Galicia.
Como también ha resaltado EL COMERCIO, «el grueso de esos 393 millones está en los presupuestos de carácter estimativo. Estos son los que engloban, por ejemplo, las sociedades mercantiles estatales, los consorcios y las entidades públicas empresariales»; es decir, las entidades institucionales del sector público no sometidas al Derecho Administrativo, frente a los presupuestos limitativos que incluyen, fundamentalmente, a la Administración General del Estado, sus organismos autónomos y poco más.
En una región que clama por las infraestructuras y por el transporte que discurre sobre ellas, se observa que las inversiones ferroviarias se quedan a solo 20 millones de la mitad de todo lo presupuestado para la región y las inversiones en carreteras superan los 30 millones, siendo las de la A-63 en el tramo Cornellana-Salas, con once millones y Salas-La Espina, con dos, tal vez las más significativas, por cuanto el gafe que viene acompañando, con argayos gigantes y puentes ruinosos a esta carretera, nos vuelven escépticos y temerosos a todos los que tenemos algo que ver con la zona. Menos mal que para salenses y allegados la rehabilitación del Monasterio de Cornellana sube en consignación de 200.000 a 300.000 euros. Aquí, no quiero hablar de demoras, porque hay numerosos monumentos, eclesiásticos y civiles, en Asturias que aún padecen peor suerte.
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También está, como no, con 15 millones, el tercer carril en la A-66, cuyas obras, pese al orden innegable con el que se ejecutan, están dando tanta guerra a los usuarios de la 'Y', no previéndose acortamientos en tan prolongado sufrimiento. También la dotación para infraestructuras portuarias crece de 25 a 30 millones (15 para Gijón y 15 para Avilés) y, en el aludido sector ferroviario, parece que la buena nueva es un importante empujón a las Cercanías, cuya decrepitud es la muerte de Asturias. Diversamente, aunque parezca una paradoja, es buena cosa que de los 17 millones de 2021 se pase a los 864.000 euros en la Variante de Pajares, lo que parece significar que el Estado ya se cree que los trabajos están muy próximos a su finalización. El funcionamiento será otro cantar, por justificadas que estén todas las pruebas de seguridad.
Como crítica ambiental, se ha subrayado que los 179 millones previstos a la industria para compensar el CO2, nos dejarán todavía muy alejados del límite-estándar de la UE.
Pero termino donde empecé y, siendo fiel al título, con una presuposición, y me refiero, ahora que parece ya inevitable el pagar por circular en autovía, a las bonificaciones de los peajes: si, constitucionalmente todos somos iguales ante la ley, sin que el origen pueda suponer discriminación, y existe el derecho fundamental a la libre circulación por el territorio nacional -también, ya, por la UE-, ¿cómo puede resultar mucho más caro el kilómetro recorrido desde un punto periférico a la capital del Estado que desde otro lugar? ¿O hay que ir por caleyas? Entiendo que hay distancias más largas y que puede resultar, en viaje privado o transporte público, más caro el capítulo de combustible. Pero debe favorecerse -como se hace en los territorios insulares- que exista una cierta igualdad en el coste de los trayectos. Al menos, repito, que no haya diferencias tan toscas a la hora de pagar por circular. ¿No quedamos en que el verdadero patriotismo se asienta en la igualdad efectiva de la ciudadanía?
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