El PP cambia de perfil

Diego Canga no responde al perfil del líder político asturiano. No necesita la política para vivir o, para decirlo de una forma más precisa, es un señor que aspira a ocupar un puesto (presidente del Principado) en el que va a ganar mucho menos dinero del que percibe actualmente con su trabajo. Se lanza al ruedo de la política institucional asturiana sabedor de que con esa decisión va a perder pasta. De los cuarenta y cinco miembros de la Junta General del Principado, solo hay uno que ha hecho un canje tan gravoso para la cartera. Otro rasgo distintivo está en la cualificación profesional. Acredita el flamante candidato más cualificación que grupos parlamentarios enteros. Con el detalle añadido de ser un experto en el entramado político y económico europeo, que es un área muy poco conocida por nuestra clase política y del que ahora llega la mayor parte del dinero que financia desde los famosos PERTE (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica), como el de Arcelor, hasta la mejora de fachadas en barrios. Tiene conocimiento de los problemas de Asturias, habiendo intervenido en la resolución de algunos, y ha demostrado que estando lejos también se puede ayudar a nuestra región, fundando una asociación tan altruista como Compromiso Asturias XXI.

Pertrechado de un buen bagaje asume el liderazgo electoral. Falta por conocer la otra parte, todo lo que tiene que ver con su capacidad para la batalla política. El campo está enfangado y el discurso del PP no es hegemónico en la región, así que tendrá que batirse con frecuencia en terrenos donde hay rivales que se graduaron y, luego, hicieron un máster. No lo va a tener fácil, es más, se le pide el triple salto mortal: ganar las elecciones con mayoría para gobernar.