La reforma laboral se aprobó por 175 votos a favor y 174 en contra. Se convalidó por el error de un diputado del PP que votó a favor. El nuevo Estatuto de Autonomía de Asturias, según declaraciones de Barbón, se aplaza para la siguiente legislatura. ... Falta un voto, necesario para poder llevarlo a cabo. En la aritmética parlamentaria, cuando las posturas se encuentran muy polarizadas y fragmentadas suceden estas extrañas cosas y el poder de uno se muestra en toda su crudeza; uno, de nuevo uno.

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En política qué difícil es la unidad y la importancia que adquiere un voto en tiempos de polarización. Es un fenómeno estudiado por la psicología social que sostiene: «Cuando en un grupo se dividen las opiniones respecto a un cierto asunto, el hecho de que una persona observe la existencia de dos opiniones hace que se refuerce la propia mucho más, sin que haya más razones que observar la división. El resultado es que el grupo se polariza en dos bandos, aún cuando inicialmente las posiciones estuviesen relativamente cerca o tuviesen un alto grado de acuerdo inicial». La polarización en las controversias se debe a nuestro cerebro social. Este tiene un sesgo emocional que nos lleva a sentir rechazo a no sentirnos apoyados por otros. Por lo que cuando hay un grupo que piensa más o menos parecido a nosotros, nuestro cerebro social actúa para aumentar las probabilidades de ser acogido en uno de los grupos para satisfacer el deseo de compañía. La polarización política no es buena, nos impide escuchar los argumentos contrarios. Si solo atendemos a los que piensan igual, nos reforzamos en lo que pensamos. Por eso, conviene, a veces, cambiar de opinión y que la pluralidad pase a ser unidad, porque se trata de convivir y no de convencer. La polarización convierte los desacuerdos en insolubles y nuestra democracia se convierte en una 'vetocracia' (Fukuyama) de uno.

En matemáticas (permítanme esta digresión), el paso del cero –en este caso no aprobar una ley o un nuevo estatuto– al uno es la primera operación de contar, ya que si los números nacen de la operación de contar, pasar de cero a uno podría tratarse de la única operación que nos muestra en qué consisten los números. Así, entendiendo el primer paso, entenderíamos cómo pasar de uno a dos, de dos a tres y así sucesivamente; consiste en repetir el procedimiento. Decía el matemático pitagórico Filolao, que «el uno es el padre de los seres y demiurgo del mundo, artífice de la permanencia de las cosas». El '1' es la primera abstracción humana. Significa aislar un conjunto de propiedades que dan carácter unitario a algo y le confieren individualidad. De esta manera, se genera la posibilidad de clasificar y ordenar el mundo. El uno puede simbolizar un guijarro, una célula, un órgano, una persona, una familia, un país, un voto. Algunas propiedades del número '1' que le confieren cierta peculiaridad son: es el elemento neutro de la multiplicación; el valor del radio de una circunferencia goniométrica; el cero factorial (0!); el seno de π/2; el coseno de 2π; el logaritmo de 1 es cero.

Cuando la política está polarizada entre dos bloques, los parlamentos no hablan por una sola boca, que sería un símbolo de unidad, tan necesaria en cuestiones de Estado y no de partidos. La unidad política se necesita en muchas ocasiones para llegar a acuerdos y poder avanzar. Tenemos ante nosotros una frontera que permite distinguir una cualidad de otra, izquierda de derecha, abierto de cerrado, todo de nada, etc. Si contemplando las diferencias somos capaces de ponerlas entre paréntesis, perdemos las dicotomías y así surge la unidad. De esta manera, si dos cualidades se reducen a su diferencia mutua, la supresión de esta supondría la abolición de las cualidades mismas y surgen los acuerdos democráticos. La nada y la unidad no se encuentran muy lejos. Por eso, en determinadas cuestiones debería haber homogeneidad en vez de distinción, de ahí que la nada y el uno estén tan próximos.

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