Los amantes de la liturgia recordaremos 2023 como un febril año de coronaciones: primero Yolanda, luego Carlos III de Inglaterra y quién sabe si al Papa no le da por renunciar y montamos un cónclave brutal, con sus cardenales, su Capilla Sixtina y su oscurantismo. ... Lo de Yolanda estuvo bien, con ese 'look' de almendro en flor que tanto entusiasmo ha despertado entre sus acólitos y sus periodistas grupis. A la izquierda más izquierda hay que reconocerle su entusiasmo por las refundaciones.
Cada cinco o seis años cambian de artefacto, como si los pillaran por 'renting'. Donde antes fue Izquierda Unida y más tarde Unidas Podemos ahora es Sumar y de pronto todo huele a nuevo y a coche recién estrenado. La gran innovación es que hemos transformado la retórica avinagrada y sibilina de Pablo Iglesias en una oratoria de tacita de Mister Wonderful. Ha llegado el momento de las cosas chulísimas y de la gente maravillosa y no descarto que prepare Yolanda una reedición del 'Manifiesto Comunista' en plan libro de autoayuda, con prólogo de Paolo Coelho e imágenes para colorear.
Esta hora feliz ha tenido además la virtud de convertir a Pablo Iglesias, por fin, en un tipo interesante. Se está escribiendo una tragedia de Shakespeare en su corazón de hombre traicionado. Es Iglesias una Ana Obregón a la que le ha salido mal la gestación subrogada. Consciente de su esterilidad, Pablo escogió a Yolanda como vientre de alquiler para que le engendrase una mayoría que él pudiera manejar y ahora descubre horrorizado que ella quiere quedarse con el niño y encima se ha casado con Errejón. Mucha brasa dieron con 'Juego de Tronos', pero al final esto va a acabar siendo 'Amarte así, Frijolito'.
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