Imagen de la reunión entre Carles Puigdemont y Santos Cerdán. EP

Cine mudo

A LA ÚLTIMA ·

Desde las épocas de Eisenstein no veía yo una sucesión tan fascinante de insólitos contrapicados y encuadres vanguardistas

Pío García

Logroño

Viernes, 3 de noviembre 2023, 00:15

Cuando el socialista Santos Cerdán fue a Bruselas a entregarle a Puigdemont el Balón de Oro, no se permitió el acceso a los periodistas. Son restricciones un tanto chocantes si tenemos en cuenta las risas que nos echábamos antes con el plasma de Rajoy. A ... cambio, alguien grabó un vídeo que se ha convertido, en mi modesta opinión, en una de las cumbres del cine mudo.

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Desde las épocas de Eisenstein no veía yo una sucesión tan fascinante de insólitos contrapicados y encuadres vanguardistas. Los malpensados sospechan que estas contorsiones se debieron a la necesidad de ocultar una fotografía gigantesca de las urnas del 1-O guiando al pueblo, pero habrá que reconocer que el realizador hizo de la necesidad virtud y le salió una cosa muy bonita, a medio camino entre 'La escopeta nacional' y el 'Acorazado Potemkin'. Espero que el acuerdo de investidura recoja la concesión de uno o varios Goyas honoríficos al cineasta.

Debemos aplaudir, en todo caso, la humildad de Puigdemont. Además de la amnistía y de unos cuantos milloncejos, podía haber pedido, por ejemplo, la circuncisión obligatoria de todos los primogénitos, lo que tal vez hubiera descolocado un poco a Sánchez. No obstante, al tercer día ya habría algún catedrático de Derecho pontificando con enorme gravedad que aquello podría encajar en la Constitución siempre y cuando el tajo se limitase al prepucio y se observasen las medidas sanitarias oportunas. Y a renglón seguido, en un pispás, cuarenta columnistas y el PSOE entero, salvo probablemente Page, estarían hablando de lo higiénico, lo feminista y lo bueno que es para la salud pública cortarse el pellejito.

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