Perplejidad

Durante esta semana, a través de EL COMERCIO, supimos de una nueva inversión para nuestra ciudad. Se trata del grupo Quirónsalud que va a levantar un hospital en el barrio de Nuevo Gijón. Desembolso de 40 millones de euros y que creará sobre unos 300 ... puestos de trabajo directos. Además, claro, de dinamizar una zona que actualmente se encuentra por urbanizar. Pues bien, lo que en cualquier otro lugar celebrarían tirando voladores, aquí parece que le ponemos pegas. Es más, yo diría que ciertas reacciones causan perplejidad. Hay quien dice que un hospital privado perjudicará a la ampliación de Cabueñes, algunos que va a restarle un personal sanitario ya escaso de por sí y la izquierda municipal, en conjunto, realiza declaraciones a favor de una sanidad pública. Vamos, considerando a Quirónsalud casi como un peligro que es necesario vigilar. Ahora bien, cuando tienen una dolencia cualquiera tendríamos que ver a dónde acuden. Igual hasta nos llevamos una sorpresa. En cualquier caso, resulta cuando menos chocante esta reticencia a lo que debería ser una estupenda noticia. Incluso nuestra alcaldesa, Ana González, al tener que hacer una permuta de unos terrenos colindantes con el Hospital de Cabueñes por los de Nuevo Gijón, parece disculparse. Dice que se hace para «evitar que un centro privado se instale en el entorno y preservar la identidad de la sanidad pública en nuestra ciudad». Eso sí, reconoce que es «algo positivo». En fin, solo faltaría... Desde luego, necesitamos un cambio de mentalidad hacia lo privado. Esto es, dejar de verlo como una amenaza allí donde otros perciben oportunidades. Tal parece, digo, que las inversiones en Gijón tienen que pasar una especie de filtro municipal: verdes, sostenibles y, ahora también, que no moleste a lo público. Después nos quejamos cuando acaban recalando en otros lugares.