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El comportamiento del Principado respecto al plan de vías de Gijón siempre ha sido errático y disperso. Es capaz de apoyar una cosa y la contraria. Si hace ahora dos años (mayo de 2019) firmaba un proyecto nacido bajo el consenso de las tres administraciones ... intervinientes, ahora se desdice y apuesta claramente por el plan diseñado desde el Ayuntamiento por nuestra alcaldesa, Ana González. Se preguntarán ustedes, ¿cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser que el mismo partido en Asturias (PSOE) firme una nueva intermodal ubicada en el entorno del Museo del Ferrocarril y en la actualidad dé por buena una reforma de la provisional de Sanz Crespo? Respuesta: porque así son las cosas en nuestro paraíso natural. El Gobierno asturiano, repito, tampoco ha puesto demasiado entusiasmo en el levantamiento ferroviario gijonés. Más bien, lo ha visto como una factura que debía de pagar y poco más. De hecho, fíjense que ni siquiera se ha molestado en una reclamación formal de la estación de autobuses, pese a que en los diseños del Ministerio de Transportes no existe. Vamos, que en Madrid no aparece por ningún lado una infraestructura tan necesaria y urgente para la ciudad.
En realidad, la reunión que tuvo lugar ayer entre Principado y Ayuntamiento para quedarse con dos alternativas llamadas eufemísticamente «mejoradas», no deja de ser una performance. Una actuación que pretende dar la impresión de que hay un debate y análisis riguroso de la situación, cuando el pescado está vendido. La futura intermodal -desde que así lo decretaron en Madrid- se situará en Sanz Crespo y será de segunda mano. Esto es, se le añadirá al apeadero existente una estación subterránea de cercanías Renfe y a correr. Lo que predomina en esta nueva era de nuestro eterno plan de vías es el 'low cost'. Hacerlo más barato ya que así creen que se va a ejecutar rápido. Lo cual, por supuesto, está por ver. Todo ello, mientras en España se han gastado una lluvia de millones en terminales de nuevo cuño y levantamientos ferroviarios. Ay, pero aquí somos diferentes. Damos por bueno que el ministro del ramo vocee en la plaza Mayor que cumplirá el convenio de 2019 publicado en el BOE (José Luis Ábalos, megáfono en mano) para que luego a la hora de la verdad «donde dije digo, digo Diego». En este caso, argumentando una excusa que ha llegado como llovida del cielo: la penuria económica que nos ha traído la pandemia.
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