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Resulta llamativo que la mayor inversión del Principado en Gijón para el año que viene sea en la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA). Así se muestra en el proyecto de presupuestos presentado esta misma semana en la Junta. En concreto, acabar ... sus accesos a través del polígono de La Peñona se llevará 5,5 millones de euros. Mayor incluso, ojo, que la ampliación del Hospital de Cabueñes, que queda con 3,5 millones en una obra de 104 y un plazo de ejecución de cuatro años. Resulta, digo, sorprendente que se siga enterrando dinero en la ZALIA sin mover un dedo. Es decir, cambiar el proyecto original -fallido a todas luces- para que resulte atractivo a cualquier empresa que quiera instalarse. Según parece, los genios que nos han llevado a esta situación creen que con acabar el acceso y dotarla de luz mediante una subestación eléctrica, los compradores vendrán a quitarles las parcelas de las manos. Hecho que no se ha producido ni por asomo, porque, la verdad, debe de ser un auténtico récord mundial el que ostenta: vender una parcela en quince años. Peor imposible.
De hecho, el agujero financiero actual es de 116,6 millones de euros. Es más, como ya habíamos dicho en esta humilde columna, ni vendiéndola al completo se cubriría su coste: el valor del suelo sigue cayendo y ya está en menos de la mitad de lo tasado en su día. Intentar cuadrar semejante pufo resulta quimérico. Por tanto, tendremos que asumir que este negocio es para perder lo mínimo posible. Dicho de otra manera: al final, vamos a poner dinero de nuestros bolsillos. Pregunto: ¿existe algún responsable de semejante desastre? Ni lo hay, ni se le espera. La estrategia actual de la ZALIA es un 'tira que libras', sin modificar esos planes que la han llevado a la ruina.
Sin duda, se necesitan nuevas ideas que la hagan más atractiva para la inversión. En el vecino concejo de Siero ofrecen ventajas fiscales a quienes allí se radiquen. Aquí, en cambio, lo único que hace el Ayuntamiento de Gijón es poner dinero a paladas y callar. O sea, dar de comer (junto con el Principado) a este zombi sediento de fondos. No me extraña, pues, que la inversión huya de esta presunta zona logística. La lista de empresas que han pasado por allí buscando información sobre el proyecto es innumerable. Uno de los casos más llamativos fue el del gigante del comercio Amazon que llegó, vio y se marchó espantado camino de Siero. Lo dicho: peor imposible.
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