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Desde el pasado 7 de octubre los bombardeos de Israel sobre Gaza han matado a más de 10.100 personas de las que al menos 4.500 son niños y 3.500 mujeres, además de producir más de 28.000 heridos y dejar un rastro ... de destrucción sin precedentes que incluye bombardeos a más de 80 instalaciones sanitarias, incluidos todos los hospitales de Gaza. El asedio impuesto por el gobierno israelí, junto al bloqueo al suministro de alimentos, agua, combustible y electricidad es inconcebible, representa un castigo colectivo prohibido por el derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra.
Además, la negativa de Israel a permitir el acceso a la población atacada por parte de las organizaciones de ayuda humanitaria, de las que depende ahora completamente la supervivencia de la población marca un antes y un después en la historia de las crisis humanitarias de los dos últimos siglos en cuanto su desprecio por el respeto al Derecho Internacional Humanitario. Nunca antes se había visto a un Estado (democrático) moderno cometer un genocidio, basado en una venganza desproporcionada e indiscriminada. 4.500 niños muertos en un mes por los bombardeos no pueden ser considerados de ninguna forma un 'daño colateral' y el derecho a una legítima respuesta a los atentados de Hamás no puede basarse en una venganza bíblica y ciega contra una población civil cautiva. Si es así como Israel piensa ganarse un puesto entre las democracias occidentales modernas y combatir el antisemitismo, su comportamiento va exactamente en la dirección contraria y está obteniendo justamente los resultados opuestos.
Pero un genocidio no se comete sin aliados (literalmente). Si hay un antes y un después de esta crisis, que ha destruido la arquitectura de la protección de los derechos humanos construida por la comunidad internacional después de 1945 y que también ha terminado de dinamitar el sistema de Naciones Unidas, es porque tanto los Estado Unidos (principal contraparte, junto con Irán en la trastienda del conflicto) como la Unión Europea le han dado 'barra libre' a Israel para resolver esto a su estilo. La posición de Estados Unidos puede entenderse por su contexto electoral actual, por su nueva política exterior de no implicación activa en más conflictos y porque Israel le hace el trabajo sucio en Medio Oriente, pero la posición de la UE es francamente muy difícil de entender.
Personalmente, como europeo y como médico, siento una profunda vergüenza de nuestro comportamiento como sociedad. La ausencia completa de posicionamiento por parte de nuestros representantes (políticos, sociales, académicos) es un signo de muy mal presagio. Significa que se acepta el fin del multilateralismo en las relaciones internacionales y el regreso a una edad media oscura, amurallada y de violencia ciega. Bajo esta nueva 'realpolitik' ahora es Gaza, pero habrá más Gazas, sin duda.
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