Las paradojas de la historia han hecho que cuando se celebra el cincuenta aniversario de la Revolución de los Claveles, el resultado de las últimas elecciones arroje el mayor crecimiento de una opción contraria a los ideales de esa revolución. Además, que los en principio ... herederos de esa revolución (los situados a la izquierda del PS) hayan obtenido su resultado más paupérrimo. Y es que las tierras lusas no escapan a la hegemonía de un pensamiento conservador cada vez más reaccionario.

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La Revolución de los Claveles no sólo fue ese movimiento que acabó con la dictadura empuñando unos fusiles que disparaban flores, sino la última revolución europea que planteó un proyecto socialista, peculiar y particular, alejado tanto de los esquemas burocráticos del este, como de una socialdemocracia que ya había renunciado a la transformación social y gestionaba los intereses del capitalismo.

Si Mayo del 68 no pasó de ser una rebelión estudiantil, con tinte obrero y algunos planteamientos originales y rompedores, en la Revolución de los Claveles la imaginación no tenía que subir al poder, estaba en el poder. Alrededor de un setenta por ciento de la producción y las estructuras económicas llegaron a estar bajo el control de un estado que había desarrollado formas de organización de eso que se llama poder popular, y que en esta ocasión no era una mera consigna, sino una realidad, aunque fuese imperfecta. Pero como ha ocurrido otras veces, la división de las izquierdas y sus peleas cainitas acabaron con la victoria electoral del PS y Mario Soares, que traicionaron y acabaron la agenda del cambio social.

Quizás no se haya estudiado a fondo cómo un ejército organizado para defender el imperio colonial terminó aprendiendo de los procesos de liberación de esas colonias y, por una vez, los militares, al menos una parte importante, estuvieron con el pueblo, en vez de estar contra ese pueblo.

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El Portugal actual, más allá de la propaganda y de las cifras macroeconómicas, es un país entregado a la gestión neoliberal, que supone una economía especulativa con la masificación turística, lo que entre otros está creando problemas con la vivienda. El progresivo empeoramiento de la sanidad pública desde la pandemia y los problemas con unas pensiones cuestionadas por quienes ahora han alcanzado la mayoría institucional, están entre otras cuestiones de unas democracias liberales en crisis y retroceso. Y al final del túnel no parece que estén los claveles, sólo su saudade .

«Terra da fraternidade/ O povo é quem mais ordena», se canta en la Grândola Vila Morena de Zeca Afonso y cincuenta años después no es así, por lo que escuchar esa canción convertida en himno no deja de producir una cierta tristeza.

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