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El debate sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado sigue dos pautas: predomina la visión autonómica sobre la nacional y se rige por los códigos de la disciplina de partido. Está tan descentralizado nuestro país que las partes son más importantes que el todo. ... A partir de esa anomalía, el trato favorable en el presupuesto hacia una región puede ser elevado a la categoría de política de Estado, mientras que los intereses nacionales quedan huérfanos de representación y, a veces, resultan orillados.
Asturias no es una excepción. Juzgamos los presupuestos del Estado por el dinero que invierten en nuestros proyectos regionales o locales. Había generado una gran expectativa la rebaja del peaje del Huerna, dado el anuncio realizado por el Gobierno de Pedro Sánchez sobre la autopista El Ferrol-Tui. Las dos vías fueron construidas en los mismos años y en ambas concurre una circunstancia singular: fueron prorrogadas las concesiones de sus respectivos peajes por 29 años. El Gobierno de Aznar, con Cascos de ministro del ramo, tomó esa medida sin que viniera acompañada de una explicación sólida. Sin embargo, a la hora de la rebaja, los gallegos reciben un trato mucho más favorable que los asturianos.
Hace unas semanas, Adrián Barbón afirmó que el «peaje es inaceptable» y que resultaba discriminatorio con respecto a otras vías de doble calzada. Una vez presentado el proyecto de presupuestos, el Principado no acepta comparaciones, porque la recaudación del peaje es distinta de unas autopistas a otras. Para aclararnos todos, digamos que la autopista del Atlántico tiene consignados 55 millones de bonificaciones y la vía asturleonesa sólo nueve. Entra aquí en juego la clave partidaria. Los gobiernos autonómicos cierran filas con las cuentas del Gobierno central si son del mismo partido, y critican duramente los presupuestos cuando tienen siglas antagónicas. Por esa razón, para el Principado la bonificación del peaje del Huerna es satisfactoria y debemos felicitarnos porque la inversión es creciente.
No hay dinero para todo, aunque se incluyan 27.000 millones de los fondos europeos. Al margen de la batalla territorial, el Gobierno tiene que pescar votos, y por eso puso en marcha el bono de consumo cultural de los 400 euros que es un calco de aquellos 400 euros que nos devolvió Zapatero a los contribuyentes para ganar las elecciones generales de 2008. Lo de Asturias puede seguir a su ritmo y el plan de vías de Gijón ya tiene asignados 39.000 euros para costear el entierro.
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