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Paraíso perdido

Los resultados de Francia atravesarán los Pirineos, porque algún día dependeremos de algún modo de las 58 nucleares que gobiernen Macron o Le Pen o de las nuevas que construyan

Jueves, 21 de abril 2022, 01:41

En tiempos ya lejanos, un día quise ir más allá del horizonte y en compañía de un amigo acabamos en las orillas del Marne, al lado de la carretera que une París con la frontera de Bélgica. No muy lejos de una base militar de ... la OTAN. Todavía el entonces presidente De Gaulle no les había mandado irse, en razón de que Francia se bastaba a sí misma, y él se consideraba la reencarnación de Napoleón, solo que con mayor estatura. Aunque aquella estancia no fue muy larga -unos meses recogiendo manzanas y remolachas-, algo pude aprender de lo que significaba la emigración: especie de destierro de gentes empujadas como mendigos para poder ganarse el pan. O la habichuela, como dicen por Andalucía. Emigrantes conducidos como rebaños por los gendarmes en la estación de Hendaya, con maletas de madera y paquetes que reventaban por las malas ataduras. A los gendarmes debía de parecerles que aquella era una riada más de africanos, como los que todavía llegaban de Argelia, donde no se habían apagado las hogueras: de una parte el FLN y de la otra la OAS. «Tantos muchachos que enviaron allí a morir, y ahora nos salen con que eso no sirvió para nada». Era lo que se leía en las pintadas y los pasquines tirados por el metro.

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