Paciencia con este equipo

Abelardo, empleó un tono de enfado, pero con carácter paternal para estimular los resortes emocionales y competitivos necesarios para que los jugadores den el máximo.

Hay cierto consenso en reconocer que el Sporting tiene un potencial mucho más grande del que se demuestra y que, desgraciadamente, algunos jugadores repiten una y otra vez los mismos errores.

Lejos de mejorar, se dan pasos hacia atrás y se pasa de un equipo bien construido a otro que muestra síntomas de confusión y agotamiento cuando aún está arrancando la temporada.

El entrenador apela a cierta suficiencia, a un espíritu indolente y lo dice con un tono de enfado, pero no por quitarse responsabilidad sino para llamar la atención. Sobre todo, le molesta que no se asuman responsabilidades, no es bueno dejar que tus compañeros hagan el trabajo por ti cuando puedes hacerlo tú.

No sospecho hacia quien pueden ir dirigidas estas palabras, pero puede aplicarse a bastantes jugadores. Algunos porque se confían y dan pases poco precisos y toman decisiones con unos porcentajes de error muy elevados; otros directamente ayudan poco a su compañero y unos cuantos se desconectan del juego en algunos tramos. Y de forma colectiva, el Sporting separa demasiado las líneas y no es dueño de los partidos. Algo que ya ha sucedido a lo largo de estas últimas temporadas,

Vaya por delante que un empate en el Heliodoro no es mala cosa, pero hay un cierto estancamiento, un dejarse llevar suavemente que no se termina de abrir el tarro del buen fútbol y hace que la diferencia con los primeros partidos sea enorme. ¿Tanto ha influido la lesión de Cote?

Considerarte muy bueno puede ser un impedimento para mejorar, porque la gente con recursos confía en que sus capacidades le saquen de todos los apuros. Pero la inspiración no siempre alcanza y, cuando no se tiene un buen día, hay que tener reservas para sacar el repertorio adelante. En la actualidad, cualquier equipo bien armado, con buena forma física puede anular a un puñado de jugadores de talento si estos ofrecen su mejor versión y entrega al 100%.

Es el ejemplo del Burgos. Actuábamos en Castellón y en el hotel coincidimos con varios jugadores. En el ascensor, antes de su partido -y de nuestro concierto- Javier Chico (tour manager) y yo hablamos con alguno y les dijimos que no encajaban nada, ni un gol... Su respuesta fue «espero que sigamos así», pero también insistió en que ojalá también marcasen. Cuando volvimos al hotel, supimos que habían empatado sin goles con el Villarreal B. Lo que hacen muy bien es mantener la atención y la intensidad durante los 90 minutos. Y ahí está lo más difícil.

Abelardo pide más porque sabe que hay más y porque sería una gran decepción quedarse fuera de competición tan pronto.

De todos modos, tengamos un poco de paciencia. Un poco de tiempo para este equipo que puede jugar mucho mejor de lo que lo hace.