![El nudo gordiano turco](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202103/27/media/cortadas/Imagen%20TRIBUNA%20El%20nudo-k7F-U1309667483061tE-1248x1370@El%20Comercio.jpg)
![El nudo gordiano turco](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202103/27/media/cortadas/Imagen%20TRIBUNA%20El%20nudo-k7F-U1309667483061tE-1248x1370@El%20Comercio.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Dicen los líderes de la Economía Conductual, con iconos como Tversky, Ariely o el Premio Nobel de Economía del 2008, el isralí Daniel Kahneman, que «el ser humano mide y compara continuamente y que cuando la situación propia no es buena, ... tiende a buscar a otro que esté claramente peor para salir ganando en la comparación». Dice el saber popular que 'a buen entendedor, pocas palabras bastan'. Así que hoy les hablaré de Turquía.
Turquía es actualidad por tener una inflación desbocada del 15,6% y por los continuos desplomes de la lira turca, la cual estaba a la par con el dólar a principios de siglo, cotizando hace diez años ya a tres liras por dólar y rozando ahora la barrera psicológica de las diez liras por dólar. Dice el canadiense Robert Mundell, Premio Nobel de Economía del año 1999, que «cuando se producen desplomes en las divisas de países emergentes, no hay que ver ese hecho como una enfermedad sino como un síntoma». O sea, algo así como la fiebre que es reflejo de que algo va mal, pero atacarlo solo con antitérmicos no resolverá el problema. Ante esa situación, se puede optar por una huida hacia adelante, que perpetúe la devaluación de su divisa y empobrezca al país, o coger el toro por los cuernos subiendo los tipos de interés para domesticar la inflación y realizar ajustes de caballo en los mercados internos, incluido el de trabajo. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de España, la renta fija turca no tiene el paraguas protector del BCE para mantener artificialmente bajos los tipos de interés.
Naci Agbal, hasta hace poco máximo dirigente del Banco Central de Turquía, optó por la receta ortodoxa, elevando los tipos de interés durante su mandato desde el 10% hasta el 19% y, pese a ello, no consiguió dominar el problema, porque lo que hace falta es realizar reformas estructurales internas que nadie quiere abordar. Además, el presidente turco Erdogan es un gran detractor de ese tipo de recetas, con lo cual Agbal ha perdido su puesto en favor del nuevo mandatario Sahap Kavcioglu, el cual, curiosamente, ha prometido seguir con las recetas de su antecesor. O sea, surrealista total. Los mercados financieros reaccionaron al cese de Agbal con grandes desplomes, los cuales salpicaron a entidades como el BBVA, que tiene una fuerte participación en Garanti, segundo mayor banco privado de Turquía. También se vieron afectados ING, BNP y Unicredit.
Turquía, dividida por el Estrecho del Bósforo que separa la pequeña parte del país que está situada en Europa de la parte asiática, es una economía emergente con todo lo bueno y malo que eso implica. Cuenta con más de 82 millones de habitantes, a los que hay que añadir los muchos millones de turcos que viven repartidos por Europa, sobre todo en Alemania. Estambul, su ciudad más representativa, es atractiva y enigmática, como lo era el tren del Orient Express del que hablaba Agatha Christie en sus novelas y que unía París con Constantinopla (antiguo nombre de Estambul).
Siempre pensé que la realidad de Turquía quedaba reflejada en aquellos carteles publicitarios que ponían en Estambul con ocasión de la celebración de una carrera de Fórmula-1 y que decían así: 'One lap, two continents' (una vuelta, dos continentes). Turquía es un país muy heterogéneo, asiático y europeo a la vez. Juega a ser uno más del club de Europa, pero a la vez simpatiza con Azerbaiyán en detrimento de Armenia y Georgia, apoya el conflicto de Nagorno Karabaj y su presidente suplica la ayuda divina para proteger la lira. No será fácil que Turquía consiga su vieja pretensión de pertenecer al área euro, pero ya decía el genial Groucho Marx que 'nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio'. Si alguien fue un precursor del europeísmo en Turquía fue Kemal Ataturk cuando en 1928 dio el paso decisivo de implantar un alfabeto muy cercano al latino, lo cual dio un enorme empujón al país y lo acercó a Europa.
Cuando visité el Museo de las Civilizaciones en Ankara, recuerdo que tenían un espacio reservado al famoso 'nudo gordiano' que nadie sabía deshacer. Dicen que el gran Alejandro Magno, ante el famoso nudo, optó por romperlo con un tajo de su espada. A veces, en la vida y en la economía, hay que optar por ese tipo de soluciones para desatascar una situación y España tiene varios nudos gordianos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.