La tercera vía

El túnel de marras no cuajó, también es cierto, porque en esta villa marinera existe una maldición, y no india, con este tipo de infraestructuras. O los tenemos llenos de agua y sin uso claro, como el del metrotrén, o tapiados desde la época en que el cuplé estaba de actualidad, como el de Aboño. También los hay virtuales, como el del Muro, o innombrables, como el del vial de Jove que se fue al cielo de los túneles sin que haya salido todavía una explicación razonable más allá de la sospecha de alguien se había quedado sin blanca o necesitaba reservar los dineros para otros menesteres.

La nueva alternativa al embrollo de la zona oeste, es decir, generar un nuevo túnel pero por otro trazado, por debajo de la Campa Torres, tiene todos los visos de no llegar a ver la luz, en ninguno de los sentidos de la afirmación. Por el coste que seguramente tenga y porque viene promovido desde la orilla contraria. No obstante, bienvenida sea cualquier opción que sea viable y no nos hipoteque o nos granjee la enemistad eterna de nuestros vecinos de Carreño, aunque solucionar ese sudoku sin enfadar a nadie va a ser más difícil que conseguir que un túnel que no sea el del tren de la bruja acabe funcionando por estos pagos.