Quizás porque se acerca Halloween, época de recordar a los muertos, ver pasear a las almas en pena y exhibir todo tipo de zombis y calabazas sin gracia, los mandamases autonómicos han decidido recuperar la financiación de la ZALIA como tema de actualidad. Recuerden: ese ... descampado sin electricidad ni empresas donde otros entes malignos, los plumeros de la pampa, campan a sus anchas mientras se escuchan las promesas de un desarrollo empresarial nunca antes visto en esta villa marinera. Para dar aún más pavor al relato, se ha sumado otra pesadilla recurrente al relato, como es esa autopista del mar que vaga por el purgatorio de las rutas comerciales mientras en otros puertos del norte funcionan sin problemas. Y, hablando de puertos, nunca está de más recordar las tétricas carcajadas que se oyen cuando alguien rescata los propósitos que se perseguían con la ampliación de El Musel, quizás el centro de todo este apocalipsis, que ha servido para poco más que girar toda la arena de la playa de San Lorenzo, aunque tampoco hay que lamentarse demasiado porque si hubiera elegido la famosa alternativa 3C no tendríamos ni playa.
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Todo este rollo viene a colación del anuncio de solicitar financiación europea para la ZALIA y aledaños. Si desde Bruselas examinan el tiempo que lleva durmiente el proyecto y nos dan caramelos y no un portazo en la cara, nos podemos dar por satisfechos. El error de concepto ya es insalvable, quizás lo que corresponda sea bajar un poco las expectativas, si es que todavía queda alguna. Pensar que, en cuando se terminen los accesos con las obras en ejecución o en proyecto, van a caer empresas del cielo, es ser tan inocente como los tiernos infantes que piden 'truco o trato' en estos días.
Todo el conglomerado de San Andrés de los Tacones es producto de una época que ya no va a volver, la previa a la crisis de 2008, que ya debería dar vértigo sólo echar cuentas del tiempo que todo lleva paralizado. Pretender levantarlo con las soluciones de entonces, esto es, subir la apuesta inicial, más endeudamiento y búsqueda de más primos que vengan a rescatar la idea inyectando dinero, es condenarla a ser un espíritu errante que se quede como está hasta que alguien decida cortar por lo sano, que tampoco es lo que se pretende. Así que alguien debería empezar a menguar los objetivos, buscar empresas de menos lustre que quieran implantarse ahí y dejarse de quimeras, que el infierno de los proyectos está lleno de ideas aparentemente brillantes y de las personas que se empecinaron en seguir caminos equivocados.
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