Nos hemos reído con la idea de que las pasarelas de playa en Cádiz puedan ser machistas. Un poquito de tergiversación ha habido. El informe incluye recomendaciones para su diseño. Para que las familias puedan usarlas con carricoches, para que haya barandillas firmes y cómodas ... para mujeres embarazadas (esto tampoco lo entiendo, yo también quiero una barandilla firme y cómoda). Son medidas pensando en todos. En el extremo contrario está México con los tampones. En su cruzada contra el plástico, el Gobierno ha prohibido los tampones con aplicadores de plástico (que eran los habituales allí) y las mexicanas se han encontrado con que se han retirado de manera silenciosa, sin información y sin demasiadas alternativas (la copa menstrual no está muy asentada). O sea, han sido capaces de hacer excepciones y moratorias con las jeringuillas, pero no se les ha ocurrido lo de los tampones. Bah, mujeres. La perspectiva de género no es cosa de risa.

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